miércoles, 25 de noviembre de 2009

El rey que vuelve

Y esta vez no es leyenda, sino hecho histórico.


CARLOS VII

“El 27 de febrero de 1876, tras cuatro años de épica contienda, concluía la tercera Guerra Carlista en las que las gloriosas, aunque no triunfantes, fuerzas legitimistas de Don Carlos VII deponían las armas para marchar al exilio llevando como único bagaje la esperanza de un regreso victorioso, que hiciera posible la solemne promesa de su monarca ‘Volveré para salvar a España’.”

– Bernardo Lozier Almazán, Presencia Carlista en Buenos Aires.


“En Valcarlos se vivieron, los días 27 y 28 de febrero de 1876, las últimas escenas de la segunda guerra carlista, que se saldó con una nueva derrota de las fuerzas contrarrevolucionarias. El pretendiente Carlos VII, que se hallaba en aquel lugar junto con los restos del que fuera su ejército, cruzó el 28 la frontera franco-española por el puente de Arnegui. Fue entonces cuando pronunció un ‘¡Volveré!’ que iba a quedar sólidamente fijado en el imaginario carlista, pero que nunca se haría realidad. La palabra de marras sirvió de título a textos y poesías, e incluso a una ‘polka militar’ que era interpretada a fines del siglo XIX en algunas fiestas; en plena Segunda República, el publicista aragonés Claro Abánades seguía recordando oportunamente a sus correligionarios que ‘en aquel “¡volveré!” del día 28 de febrero de 1876 iba encerrada una promesa, toda una predicción. …”

– Jordi Canal i Morell, Banderas Blancas, Boinas Rojas:

Una historia política del carlismo (1876-1939).


“Malas lenguas dicen que don Carlos no cumplió el ‘¡Volveré!’ prometido a su marcha por Danchariena una vez finalizada la guerra en 1876. Sin embargo, digamos que sí volvió en la vida civil y política posterior. Volvió en su hijo Jaime III, y en Alfonso Carlos I, hermano de don Carlos. También volvió cuando el liberalismo dio sus últimos frutos, esta vez animando el alma de los Tercios de voluntarios requetés levantados en Cruzada contra la República revolucionaria, aunque sea común entre los historiadores decir que los carlistas ganaron la guerra y perdieron en la paz.”

– José Fermín Garralda Arizcun, En el Centenario de la muerte de Don Carlos VII de Borbón (Pamplona: Julio de 2009).


“Volveré, os dije en Valcarlos, aquel amargo día, memorable entre los más memorables de mi vida, y aquella promesa, brotada de lo más hondo de mi ser, con fe, convicción y entusiasmo inquebrantables, sigo esperando firmemente que ha de cumplirse. Pero si Dios, en sus inescrutables designios, tuviese decidido lo contrario; si mis ojos no han de ver más ese cielo que me hace encontrar pálidos todos los otros; si he de morir lejos de esa tierra bendita, cuya nostalgia me acompaña por todas partes, aun así no sería una palabra vana aquel grito de mi corazón. Si España es sanable, a ella volveré, aunque haya muerto. Volveré con mis principios, únicos que pueden devolverle su grandeza, volveré con mi bandera, que no rendiré jamás y que he tenido el honor y la dicha de conservarlos sin una sola mancha, negándome a toda componenda, para que vosotros podáis tremolarla muy alta.”

– Carlos VII, Testamento político.



Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria-Este
Duque de Madrid y heredero legítimo al trono de las Españas
Liubliana 30/III/1848 - Varese 18/VII/1909

 

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