Más de un cuarto de los políticos brasileños son actores o cómplices de hechos de corrupción probados... y el número crece constantemente. Los brasileños están hartos de la partidocracia y, según las últimas encuestas, dos tercios de los mismos no ven con malos ojos el retorno de la monarquía.
En el chalet alquilado donde vive austeramente, cerca de Pacaembu (São Paulo), Dom Bretrand espera con paciencia.