Al cumplirse 41 años del asesinato de Sacheri, unos amigos españoles me pidieron un breve escrito.
Buscando una foto que pudiese ilustrar la notícula, di con un texto que me conmocionó. La autora, una "prestigiosa" profesora titular de la UBA e investigadora del Conicet, discípula del cura tercermundista "moderado" "Pichi" Meisegeier, sostenía que La Iglesia clandestina de Sacheri fue responsable de la muerte y desaparición de cientos de sacerdotes, religiosos y laicos durante el Proceso. La conclusión, no demasiado oscura, era que su muerte a manos del Ejército de Liberación 22 de Agosto (facción del ERP-22 que se quedó con la revista de izquierda filoperonista Liberación) estaba justificada.
Conocía a la autora de nombre, la vi citada en numerosos trabajos "prestigiosos" de los expertos en catolicismo argentino Burdick, M. Croce, Deutsch, F. Devoto, Finchelstein, Senkman, Lvovich, Mallimaci, D. Rock, L. A. Romero, Rubinzal, Di Stefano, Zanatta, Verbitsky, etc.
Así que comencé a indagar un poco más sobre ella. Entre sus temas de investigación está "la derecha católica y su reacción ante el Concilio Vaticano II", lo que me entusiasmó a leer algunos de sus muchísimos trabajos publicados en las más prestigiosas revistas de institutos consagrados como el Ravignani, universidades de nivel como la UBA, incluso católicas como la de Córdoba y la del Salvador. También en revistas académicas de América Latina, España y los EE.UU.
Pero tengo un defecto profesional que me lleva a detectar rápidamente regularidades estadísticas. En este caso, entre otras cosas que siempre suceden en el ámbito académico (citarse entre los mismos, publicarse entre los mismos, refritar mil veces un mismo artículo con pequeños cambios, etc.), me di cuenta que siempre, al menos en los 20 artículos de la misma autora que ojeé, reproduce las mismas 5 citas de la revista Verbo (¡una revista de entre 20 y 50 páginas que se publicó, entre mensual y trimestralmente, durante casi 40 años!) para demostrar (sic) la influencia de la casi clandestina (según ella) Ciudad Católica en los militares represores del Proceso.
Hay una página en Facebook que reclama que "Ningún historiador nace chorro". Se me hace muy difícil creerlo.