Más allá del carácter naïve que parece tener este documental, me pregunto si entre esos chicos criados en Cuba, hijos de terroristas argentinos, no hay muchos de los que reclaman las Abuelas de Plaza de Mayo y por los que deben haber cobrado sendas indemnizaciones del Estado. Supongo que hasta que no caiga el régimen castrista y se ventilen sus archivos no lo podremos saber.