Siguen los rumores sobre una posible renuncia pontificia. Parece muy circunstancial, pero no es descabellado. Luego de este pontificado vulgar (en el peor sentido de la palabra) es muy probable que los cardenales electores se vuelquen hacia un diplomático, canonista y funcionario de carrera (¿como Parolin?), prefiriéndolo por sobre un teólogo o un "pastoralista". Además, éste cuenta con un perfil mucho más bajo que el de sus predecesores Bertone y Sodano, aunque con un mismo nivel de contactos político-económicos.
Si el actual Secretario de Estado está detrás de todos estos movimientos a los que se pasa revista en un reciente artículo de The Remnant o sólo cumplió órdenes, creo que no lo sabemos a ciencia cierta.
En cuanto a sus posiciones teológicas, creo que se puede decir de sus poquísimas declaraciones públicas en temas espinosos que da mayor importancia a la conservación de la "unidad" formal de la Iglesia antes que a cualquier discusión doctrinal.
Por lo que en el (por ahora) muy hipotético caso de ser electo sumo pontífice, creo que estaríamos en presencia de un paréntesis de varios años (Parolin es relativamente joven) en una especie de "centro" de contornos irregulares en el que todos pueden entrar mientras no protesten. Es decir, una especie de juampablismo en el que se declama una cosa mientras se permite cualquier otra.