viernes, 11 de febrero de 2011

Que soy era Immaculada Concepciou

Je ne vous promets pas de vous rendre heureuse en ce monde mais dans l’autre

Lourdes, la Sainte Vierge à Bernadette, 18 février 1858

De afflictione innocentium ridebit…

Liber Iob, IX: 23 (Nova Vulgata)

Beati, qui lugent…

Evangelium secundum Matthæum, V:4

Desconfiemos de las “sectas” que nos prometen la felicidad en esta tierra, por mucha cara de felicidad que nos pongan.

Desconfiemos de las “sectas” que nos prometen el éxito en esta vida, por muchas misiones, universidades, fotito con el Papa y aprobaciones que tengan.

Desconfiemos de las “sectas” que nos prometen respuestas para todos los interrogantes que se nos puedan presentar, por mucha inspiración del Espíritu que digan tener.


No prometo haceros felices en este mundo

Dios… se ríe de la desesperación de los inocentes

Felices los que lloran

“Cosas malas” suceden a la “gente buena”. Las desgracias existen y recaen sobre todos, buenos y malos. Nadie está protegido contra ellas… por más “secta” en la que se haya metido.

Es un problema que sólo tiene solución fuera de este mundo. Como en el laberinto de Marechal, sólo se sale por Arriba. Como en Job, sólo nos queda esperar y confiar. Nuestra esperanza es una espera esjatológica.

El Reino no se realizará... mediante un triunfo histórico de la Iglesia en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal que hará descender desde el Cielo a su Esposa. Dice el Catecismo. Cualquier “secta”, fundador o iluminado que nos prometa otra cosa distinta a la Cruz, miente.


Fotografía de Santa Bernardita (Maria-Bernarda Sobirós, 1844-79)

[Fuente: Secret Harbour ~ Portus Secretioris.]


Hodie gloriosa cœli Regina in terris apparuit


 

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