Lo siento si el panorama y la gente resultan decepcionantes de puro respetables y hasta razonables, y deficientes en todos esos aspectos que hacen que una biografía sea realmente popular. Lamento no tener un padre siniestro y brutal que ofrecer a la mirada pública como la verdadera causa de mis trágicas inclinaciones; ni una madre pálida y aficionada al veneno, cuyos instintos suicidas me hayan abocado a las trampas del temperamento artístico. Lamento que no hubiera nadie en mi familia más audaz que un tío lejano ligeramente indigente y siento no poder cumplir con mi deber de hombre verdaderamente moderno y culpar a los demás de haberme hecho como soy. No tengo muy claro cómo soy, pero estoy seguro de que soy responsable en gran medida del resultado final.
Autobiografía, de Gilbert Keith Chesterton.