A propósito de una entrada en InfoCatólica con un muy penoso nombre: "Lo maravilloso de las 'sectas católicas'", y apropiándose de un concepto enunciado en una buena entrada de ese mismo portal en otra bitácora, dice genialmente Luis en un comentario:
- El zombi católico no piensa, obedece.
- El zombi católico adhiere en forma incondicional e irreflexiva a todo lo que dice o mande la autoridad, sea el Papa, sea el líder del movimiento que integra. Es más: adhiere porque es autoridad, no porque se diga o mande algo bueno. Adhiere sin distinguir jerarquía o modalidad. Si el Papa reinante dice que le gusta el strudel, pues le gustará a él. Si el próximo abomina de la repostería alemana, despedirá a su cocinera.
- El zombi católico está siempre seguro. Jamás se interroga si estará en lo cierto. Jamás desconfiará de la pureza de los motivos interiores que lo hacen adherir a la buena causa.
- El zombi católico está contento y conforme con el modo y todas las prácticas con que se vive el catolicismo en la Iglesia o en el grupo o movimiento que integra. Ni se le ocurre cuestionarlas o enfrentarlas con el Evangelio, para constatar si se han desviado.
- El zombi católico tiene alegría compulsiva. Desconoce la tristeza, las resistencias de la materia, el sufrimiento verdadero. Es más, lo niega. Niega, en general, la realidad y su realidad. Todo es maravilloso, porque vive en Disneylandia... católica.
- El zombi católico descuenta la mala fe de quienes critican a la Iglesia o el movimiento que integra. En particular, considera todo ataque a la organización como una conspiración. En última instancia, es Satanás el que ataca su movimiento.
- La crítica interna, es decir, de los mismos católicos o miembros de la organización o movimiento que integra, será para el zombi católico "mal espíritu".
- El zombi católico considera que el fin justifica los medios, si de salvaguardar la institución, Iglesia o movimiento que integra, se trata. En particular, recurrirá, para defender buenas causas, a argumentos capciosos, restricciones o reservas mentales, argumentos ad hominem. Tendrá especial gusto por resaltar los vicios del adversario ("Y tú más"). Si está en la verdad, puede permitirse ciertas licencias.
- El zombi católico se olvida que pertenece a una relgión cuyo Fundador fue crucificado por la autoridad religiosa. Que fue sacrificado con el argumento de que "es preferible que muera un hombre a que perezca todo el pueblo".
- El zombie católico nunca investiga las denuncias contra las autoridades de su movimiento u organización. Fundamental: No lee lo que escriben las víctimas o ex adeptos. Jamás se permite sospechar sobre sus superiores. Se limita a repetir lo que le dicen: son calumniadores, resentidos y mentirosos. Estigmatiza, sobre todo, a los "ex".
- El zombie católico "suspende el ejercicio de la razón, reprimiendo todo impulso de crítica o revisión de lo que dicen o mandan sus superiores" (Padre Thomas Berg, ex sacerdote legionario, explicando su salida de la Legión de Cristo).
- El zombie católico, cuando se pone a defender a su grupo de pertenencia, o a la Iglesia misma, suele caer en maquiavelismos.
Por cierto, para el que le interese profundizar en la zombiología católica, de mi amigo Jack Tollers.
Algunas de las geniales viñetas de la New Oxford Review que acompañaban artículos sobre la Legión de Cristo y otras de estas "sectas". Aún en tiempos en que escribir dichos artículos implicaba casi ser "excomulgado", la New Oxford Review investigó, documentó y dio a conocer terribles escándalos protagonizados por estas "sectas" y la "mafia lavanda". Aquí una muestra de esos artículos en inglés.