Para desintoxicar de "leyendas rosas" neocónicas, nada mejor que la historia de Marocia de Túscolo, "la hacedora de Papas". Y para los que creen que eso sólo pasó en los "siglos oscuros", les recomiendo que lean la de Olimpia Pamphili Maidalchini. Al final, con von Pastor y otros historiadores eclesiásticos serios, llegaremos a la conclusión de que sólo el auxilio divino a la Iglesia puede explicar su subsistencia pese a tanto criminal en su cúspide. Y eso también debería ser motivo de esperanza en estos tiempos donde la "Iglesia de la Publicidad" parece ser lo único visible.