viernes, 23 de abril de 2010

¿El regreso de los Habsburgo?

Traduzco y copio abajo un interesante artículo, con algunas notas aclaratorias de mi autoría.

Karl von Habsburg mantiene vivo el carácter de sus antepasados en Lviv

por Natalia A. Feduschak*

LVIV, Ucrania – Karl von Habsburg [1] se río a carcajadas cuando se le preguntó qué sentía al caminar las calles de Lviv [2], una ciudad que alguna vez fue gobernada por sus antepasados.

“Lo observo desde un punto de vista académico”, dijo con una sonrisa. “No tiene nada que ver conmigo.”

A pesar de sus buenos modales, sin embargo, von Habsburg evidentemente no tiene intención de dejar que el pasado, en particular el papel de sus antepasados, permanezca inerte en los libros de historia. Casi un siglo después que el gobierno de la monarquía hasbúrguica finalizó en Europa, se está dedicando a asegurar que su legado reviva en Ucrania Occidental.

El Habsburgo de 49 años de edad estuvo en Lviv en marzo pasado para anunciar la creación de una fundación que porta su apellido. Con base en Ivano-Frankivsk [3], la Fundación Habsburg promoverá y preservará el legado cultural que por siglos conformó e identificó a la Europa Central y Oriental.

Junto a la traducción de libros sobre los Habsburgo, la fundación está también planeando crear el Premio Halychyna [4], un trofeo que honrará a individuos que promuevan la cultura de la región a través del arte, los libros y los medios.

Aunque la fundación está aún en la niñez, von Habsburg dice que su misión es vital.

“En esta área necesitamos hacer algo para preserva viva la herencia, la historia y la historia intelectual. Los escritores vienen aquí porque aquí encuentran su inspiración”, respondió al Kyiv Post en una entrevista.

“En Ucrania y en el resto de Europa, se olvida ver qué increíble centro fue Galitzia”, dijo von Habsburg, en referencia la región que actualmente comprende parte de Polonia y la mayoría de Ucrania Occidental. “Estaba el elemento judío, que fue destruido bajo la ocupación alemana. …La gente es sorprendentemente políglota aquí.”

A comienzos del siglo XX, el Imperio Austro-Húngaro – que dio a Europa Central y Oriental mucho de su arte, cultura y arquitectura – se extendía desde los Cárpatos ucranianos hasta el Mar Adriático en el sur. Comprendía a más de veinte pueblos europeos y su monarquía, los Habsburgo, conservaron el poder en forma ininterrumpida durante más de seis siglos.

Un libro reciente del reconocido historiador Timothy Snyder relata la vida de Wilhelm von Habsburg [5], el miembro de la familia Habsburgo que era más cercano con los ucranianos. Intitulado The Red Prince, atrajo atención renovada sobre las conexiones de la familia con la región.

Más conocido como Vasyl Vashyvaniy, Wilhelm era el hijo menor del archiduque Karl Stephan, que estuvo a punto de convertirse eventualmente en el Rey de Polonia. En una apuesta para salvar un mundo que se desmoronaba, en 1916, el emperador Francisco José, junto a su contraparte alemana, creó un Reino de Polonia como estado independiente con su monarquía hereditaria.

Wilhelm, sin embargo, tenía sus propias metas: deseaba establecer una monarquía en lo que hoy es Ucrania Occidental. Escribe Snyder que la idea tuvo buena acogida, particularmente entre algunos líderes militares ucranianos y la Iglesia.

Oficial militar de oficio, Wilhelm apoyó la lucha por la independencia de Ucrania durante la Primera Guerra Mundial. Luchó al mando de tropas ucranianas contra los rusos, y propuso y persuadió a muchísimos políticos para que apoyen sus aspiraciones monárquicas. Casi hasta su muerte a manos de los soviéticos en 1948 – fue abducido de las calles de Viena y transportado a una prisión en Kiev acusado de trabajar como agente contra la Unión Soviética – Wilhelm creía que esta tajada del imperio familiar podía ser suya.

Aunque Wilhelm sigue siendo un personaje poco nombrado en los libros de historia, von Habsburg dijo estar conciente del papel que aquél representó en su familia y la historia de Ucrania.

“Sé acerca de su existencia y conozco su importante dimensión política”, respondió von Habsburg. “Lo leí [el libro de Snyder] y a cada rato preguntaba a mi padre, ‘¿esto es cierto?’”

El padre de von Habsburg es Otto, el anterior heredero al trono imperial. En 2007 dejó su papel de jefe de su familia a su hijo. Siendo un bien conocido miembro del Parlamento Europeo y un historiador prominente, Otto ha visitado Ucrania en varias ocasiones.

La era de los Habsburgo ha visto algo así como un renacimiento en los últimos tiempos en Ucrania Occidental; la nueva fundación no es más que parte de esa tendencia. Una conferencia que tuvo lugar a fines del año pasado, atrajo a académicos de todo el país a Chernivtsi, junto con Lviv una de las ciudades más importantes de la región. En 2008 se publicó un libro en ucraniano acerca de Wilhelm, con el título El patriota ucraniano de la dinastía habsbúrguica. Delinea no sólo su biografía, sino también trae documentos de archivo y la correspondencia de Wilhelm con líderes militares y religiosos ucranianos.

Al mismo tiempo que el legado de su familia está renaciendo en Ucrania, los Habsburgo la están pasando muy mal en Austria, comentó von Habsburg. A Otto sólo se le permitió regresar a Austria a comienzos de la década de 1960 tras renunciar a su reclamo al trono.

A pesar de ello, von Habsburg y sus parientes se mantienen políticamente activos. Von Habsburg fue miembro del Parlamento Europeo, y otros Habsburgo tienen actualmente otros puestos allí. Uno de sus parientes incluso se hizo ciudadano de Georgia y es su nuevo embajador en Alemania [6].

“Es una familia que no se ha limitado a una sola parte del mundo”, dice von Habsburg.

*Natalia A. Feduschak es la corresponsal en Ucranica Occidental del Kyiv Post, el principal periódico ucraniano en inglés desde 1995.

[1] Karl Thomas Robert Maria Franziskus Georg Bahnam von Habsburg-Lothringen es el hijo primogénito del Dr. Otto Habsburg y, por lo tanto, nieto del beato Carlos de Austria. Está casado con la baronesa Francesca von Thyssen-Bornemisza, con quien tiene tres hijos.

[2] Lviv (se pronuncia Leviú) es el nombre en idioma ucraniano de la antigua Lvov, también conocida como Lemberg en alemán, antigua capital del llamado Reino de Galitzia y Lodomeria, que comprendía parte de la actual Polonia y el oeste de Ucrania; porción de la antigua Polonia que quedó bajo dominio de los Habsburgo.

[3] Ivano-Frankivsk es la antigua Stanyslaviv (ucraniano) o Stanisławów (polaco) o Stanislau (alemán), capital de una de las tres provincias en que se divide Ucrania Occidental.

[4] Halychyna es el nombre ucraniano de la antigua región de Galitzia.

[5] Wilhelm Franz Joseph Karl era el tercer hijo de Karl Stephan de la rama de los Duques de Teschen. La vida de este archiduque, tío materno de los Radziwiłł y Czartoryski que vivieron en la Argentina, es realmente de película. Nacido en Istria, siendo un jovencito, escapó de la casa familiar en Saybusch para viajar de incógnito por los Cárpatos. Se interesó mucho por la situación de pobreza de los ucranianos, al punto de llegar a ser conocido como el “Príncipe Rojo”. Durante la Primera Guerra, comandó un regimiento de rifleros “sich” (cosacos ucranianos). Aparentemente, el emperador Carlos vio con buenos ojos su proyecto de crear un reino independiente de Ucrania, a pesar de la oposición del Káiser alemán. Aunque muy querido por los ucranianos, los aliados no confiaban en este príncipe austríaco y en ese momento comenzaron sus problemas. Tras jurar lealtad al gobierno de la República Popular Ucraniana (socialdemócrata y enemiga de los proyectos bolcheviques) y trabajar en el Ministerio de Defensa, se opuso al pacto con Polonia (que, en cualquier caso, no evitó la anexión de Ucrania a la Unión Soviética) y tuvo que exiliarse. Estuvo en Viena intentando organizar a los exiliados y luego en Madrid tratando de convencer a Alfonso XIII para que le dé apoyo económico. Pero nada. Desmoralizado, se radicó en París, donde vivió una vida licenciosa plagada de escándalos. Escapó a Viena y allí volvió a la vida, dedicándose a conspirar contra la URSS. Como otros nacionalistas ucranianos, se vio engañado por la Alemania nazi y, cuando este engaño se hizo evidente, se dedicó a actividades de espionaje para el MI6 y la inteligencia francesa. En 1947 fue secuestrado por la KGB, acusado de trabajar para Francia. Duramente torturado, en los interrogatorios se negó a hablar cualquier idioma que no fuese el ucraniano. Murió poco después de tuberculosis.





[6] Se refiere a su hermana mayor Gabriela Maria Charlotte Felicitas Elisabeth Antonia von Habsburg-Lothirngen, hija del Dr. Otto Habsburg y profesora de Arte en Tbilisi (Georgia).


--> Leer...

martes, 13 de abril de 2010

Celebrando el sacerdocio: el P. Vincent McNabb OP

Desde que leí Nazareth or Social Chaos, hace ya una década, la figura e ideas de este dominico irlandés londinense, amigo de Chesterton y Belloc, me impresionó mucho. Desde ese entonces he leído bastante de lo que él escribió y de lo que sobre él se dijo. A pesar de diferencias evidentes, su vida no deja de presentar ciertos asombrosos paralelismos con Castellani (por ejemplo, "A veces era muy difícil convivir con él"). Claro que, Castellani no fue dominico, ni sus superiores eran ingleses... para desgracia del argentino. Los dejo con una linda semblanza que acabo de encontrar en la bitácora de los estudiantes dominicos ingleses Godzdogz.

La primera vez que escuché el nombre de Vincent McNabb fue durante mi primera reunión con el director de vocaciones dominicanas del convento de Londres. Sobre la pared había una pintura de un fraile dominico, un anciano frágil con grandes botines negros y un hábito raído, una imagen de alguien que exudaba santidad. Éste era Vincent McNabb. Me contaron varias anécdotas acerca de él – que solía dormir en el suelo, que tenía un único hábito, tejido artesanalmente con lana de una oveja criada en una granja cercana. Tenía una gran desconfianza de la tecnología moderna prefiriendo lavar su hábito en la bañera con jabón carbólico en vez de confiarlo a un lavarropas. Con frecuencia se ponía el hábito sin esperar que secara, de modo que dejaba un hilo de agua tras él mientras se paseaba por el convento.

Durante sus últimos veinte años de vida se convirtió en una figura muy conocida en las calles de Londres – sus hermanos en broma lo llamaban el Mahatma Gandhi de Kentish Town. La mayoría de los domingos caminaba cinco millas desde el convento hasta la Esquina de los Discursos en el Hyde Park convocando enormes multitudes. Con frecuencia tenía que vérselas con interrupciones persistentes. E. A. Siderman, un no católico, era una espina frecuente en el pie del Padre Vincent mientras predicaba, sin embargo, luego de su muerte en 1943, Siderman escribió un muy afectuoso recordatorio, “El Padre Vincent en Marble Arch”. Escribió que los católicos de la muchedumbre solían encenderse cuando su fe era atacada por uno de los que interrumpían, sin embargo, el Padre Vincent siempre retaba a cualquiera que interfiriese con una pregunta. “Dejenlo tranquilo”, decía. “Los que hacen preguntas son nuestros invitados, y les damos la bienvenida y queremos escuchar sus preguntas. Muchos de ustedes, católicos, aprenden más de su religión de estas preguntas y respuestas que de lo que escucharon en la escuela o la iglesia, y algunos católicos sólo recuerdan su fe cuando escuchan que está bajo ataque. He escuchado a algunos católicos declamar de que morirían por la fe, pero me gustaría más si viviesen la fe.” Y luego se volvía al cuestionador: “Lo siento. Por favor, haz nuevamente la pregunta.”

Vincent McNabb fue casi una leyenda en su tiempo. Existe una historia, que podría ser apócrifa, de una mujer que supuestamente se había vuelto muy impaciente mientras él respondía una pregunta sobre el celibato del clero. Ella gritó: “Si usted fuese mi esposo, le daría veneno.” Y el Padre parece haberle respondido: “Si usted fuese mi esposa, lo hubiese tomado.”

Vincent McNabb tenía una mente filosa y lo sabía, pero no carecía de faltas. Con su gran intelecto algunas veces estaba en peligro moral de cometer el pecado del orgullo. Ocasionalmente tenía estallidos de obstinación invencible y luego mostraría gestos extravagantes de remordimiento. A veces era muy difícil convivir con él. Tales rastros de su personalidad habrían asombrado a quienes lo creían un santo ya hecho. Tenía su buena cuota de faltas y fracasos, y como cualquier otro tenía aún necesidad del poder salvador de Cristo. Aún así, la vida dominicana realmente le ofrecía un ambiente donde poder crecer en santidad. Sabía que la vocación dominicana no era tan sólo salvar las almas de otra gente, sino también salvar su propia alma. A medida que envejecía, se hizo más consciente de sus fallas, y esto lo condujo a un mucho mayor nivel de madurez espiritual. Uno de sus superiores en Londres escribió de él:

“Nadie me dio menos trabajo como superior que el Padre Vincent. Siempre estaba ocupado, pero uno nunca debía convencerlo de hacer o no hacer algo. Sólo había que decírselo, y uno siempre sabía que haría lo que se le había dicho cualquiera fuese el esfuerzo para él. No había nada mediocre en él, y siempre podía decirle y le decía lo que quería que hiciese, sin sentirse él nunca ofendido. A veces sentía que era como intentar llevar un león con un hilo. Pero el hilo nunca se rompió.”

El Padre Vincent fue un ejemplo de cómo el amor de Cristo puede triunfar sobre las fuerzas ingobernables del alma de modo que la gloria de Cristo pueda brillar a través de ellas, y para mí, fue un sacerdote que encontré ampliamente inspirador cuando estaba considerando si unirme a los dominicos.

por Robert Verrill OP




--> Leer...

 

  © 2009 Desde la Roca del Grifo

True Contemplation Blogger Template by M Shodiq Mustika