jueves, 25 de febrero de 2010

Nuevas y viejas

Somos concientes, estimados amigos, de nuestra deuda anunciada como "Ayudamemoria" en nuestros Partes del Frente. Ya vendrán, Dios mediante, la semana que viene.

Mientras tanto, nos permitimos hacerles algunas recomendaciones que, creemos, no podemos dejar de leer en estos tiempos:

  • My Radical Proposal for Saving Catholic Education del Padre Aidan Nichols O.P. El fraile Nichols es un dominico inglés que demuestra estar a la altura de lo mejor que su Orden ha dado al mundo. Formado en Oxford y en el Angelicum, se ha convertido en una autoridad en Teología rusa, en Estética, en Liturgia y en von Balthasar. Su Redeeming Beauty es un libro que nos ha encantado. A propósito de un debate surgido en una de las bitácoras de Natalio, vienen muy bien unas palabras que dice el fraile en un reportaje para la revista lewisiana Touchstone, "Si la función de la Liturgia es simplemente confirmar las identidades mundanas de la gente o aquellos aspectos del vivir decente que están disponibles en las oficinas públicas, entonces no veo que la Liturgia tenga ninguna fuerza evangélica especial. Ella debe elevar a la gente hacia algo más allá de su conciencia mundana." Actualmente, está lanzando un libro que promete: Rome and the Eastern Churches. El artículo que recomendamos en esta oportunidad propone algo que nuestros obispos harían bien en plantearse seriamente, tan preocupados como están por perder las subvenciones a las numerosísimas escuelas supuestamente católicas que de ellos dependen.
  • La Noche está por Llegar del Padre Anselmo Alvarez O.S.B. El monje Alvarez es abad del Valle de los Caídos, en España. En 2006 publicó en la célebre revista Cristiandad el texto que ha rescatado del olvido el diario español YA. "... No podemos creer que las cosas puedan seguir por mucho tiempo como están, ni que puedan empeorar indefinidamente, aunque sí que puedan agravarse de una manera inusitada. Hemos entrado en la «noche oscura»; que cada uno encienda o avive su luz para impedir que las sombras nos sumerjan. No sólo se ha enfriado la caridad de muchos, como había advertido el Evangelio (cf Mt 24,12), sino que han renunciado, al menos momentáneamente, a entender y vivir su condición humana y divina. ..."


Escultura de un mensajero del siglo XIV en el patio interno del Ayuntamiento de Basilea. [Gentileza Madcrow]

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viernes, 19 de febrero de 2010

Un gentleman desde el sombrero...

Es casi una definición del gentleman decir que es alguien que nunca inflige dolor. Esta descripción es, al mismo tiempo, refinada y, hasta donde llega, precisa. Él se ocupa principalmente en remover simplemente los obstáculos que impiden la acción libre y desvergonzada de aquéllos sobre él; y sigue sus movimientos antes que él mismo tomar la iniciativa. Sus cuidados pueden considerarse como el paralelo de lo que se conoce como comodidades o mejoras en arreglos de naturaleza personal: como una silla cómoda o un buen fuego, que hacen su parte en disipar el frío y la fatiga, aunque la naturaleza provea los medios tanto de descanso como de calor animal sin ellos. El verdadero gentleman, de modo similar, cuidadosamente evita lo que pueda golpear o sacudir las mentes de aquéllos a quienes estima; – todo choque de opiniones o colisión de sentimientos, toda restricción, o suspicacia, o abatimiento, o resentimiento; siendo su mayor preocupación hacer sentir a cada uno cómodo y en casa. Tiene sus ojos puestos sobre su entera compañía; es tierno con el tímido, apacible con el distante y compasivo con el absurdo; puede recordar con quién habla; se guarda de alusiones intempestivas o de temas que puedan irritar; rara vez busca sobresalir en la conversación, y nunca es fastidioso. Desestima los favores que hace y parece recibir cuando confiere. Nunca habla de sí mismo excepto cuando es obligado, nunca se defiende con una simple réplica, no tiene oídos para la difamación o el chisme, es escrupuloso al imputar motivos a los que tratan con él, e interpreta todo para lo mejor. Nunca es malicioso o trivial en sus discusiones, nunca toma ventajas deshonestas, nunca confunde personalidades o dichos agudos con argumentos, ni insinúa maldades que no se atreve a pronunciar. Desde su prudencia visionaria, observa la máxima del antiguo sabio, que debemos comportarnos hacia nuestro enemigo como si algún día pudiese ser nuestro amigo. Tiene demasiada sensatez como para verse afrentado por los insultos, está demasiado ocupado para recordar las injurias y es demasiado indolente para tener malicia. Es paciente, dueño de sí y resignado, sobre la base de principios filosóficos; se somete al dolor, porque es inevitable, a la pérdida, porque es irreparable, y a la muerte, porque es su destino. Si se involucra en una controversia de cualquier tipo, su intelecto disciplinado lo preserva de meter la pata.

John Henry Newman, The Idea of a University (1852).




Una característica del vestuario del gentleman en tiempos del cardenal Newman fue su uso del sombrero “Bowler” o bombín. El pasado 11 de febrero fue el Día del Sombrero Bowler, vaya pues nuestro recordatorio a los gentlemen de todos los tiempos. [Fotografía gentileza de la interesante bitácora The Monarchist.]

NB: Dejamos sin traducir gentleman porque no se corresponde exactamente con “caballero” o con “gentilhombre”; menos aún en el contexto de este texto de Newman, donde no tiene nada de clasista o elitista pues dirige estas palabras a los irlandeses católicos, un pueblo colonizado al que muy recientemente se le había permitido en forma oficial practicar su religión. Adicionalmente, vale recordar que la educación del gentleman era para Newman el objetivo de una universidad católica, y no transformarla en un instrumento pastoral de evangelización.


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martes, 16 de febrero de 2010

Del tridente al nudo gordiano

En alguna ocasión nos referimos ya al concepto moderno de nación y su perniciosa influencia en el mundo actual de la mano de unos textos de don Álvaro d’Ors (aquí y aquí). Gracias a un amigo, descubrimos un excelente caso para ilustrar al respecto, con un muy lindo video que dejo a continuación:


Ciertamente, el video nos ofrece algunos reparos, pues si el Trentino no es Italia, tampoco es Austria. Al menos, si entendemos por ellas, a las naciones-estado que llevan esos nombres. En todo caso, el Trentino es culturalmente italiano y es también austríaco.

La Tridentum histórica (Trento en italiano, Trient en alemán) fue durante unos cuantos cientos de años cabecera de toda la región alpina central, junto a su “hermana” Brixia (Bressanone/Brixen), controlando desde el sur de la Baviera actual en el norte, hasta parte del valle del Po en el Véneto actual en el sur, desde los límites del Patriarcado de Aquilea al este (sur de Austria actual y parte del Friuli), hasta gran parte de Suiza al oeste. Los llamados “príncipes-obispos”, tenían inmediata soberanía sobre todas estas regiones que los Emperadores les habían donado. Soberanía que, claro está, no era exclusiva ni excluyente, bien al estilo medieval.

En algún momento, el obispo tridentino recibía homenaje de duques, condes, marqueses, abades y otros obispos sucedáneos. Pero la posición estratégica en que se encuentra la ciudad, provocó que, aprovechando las querellas entre el Emperador y el Papa, los revoltosos nobles alpinos socavaran progresivamente la autoridad episcopal. Los conflictos locales pronto se extendieron a Baviera, los Balcanes, el Véneto, Lombardía, Suiza y, hasta, Bohemia y Moravia, las que fueron llamadas guerras góticas o guerras rústicas, desde fines del siglo XIII hasta fines del XV.

Como consecuencia de estos conflictos, si bien el obispo tridentino evitó quedar sometido a la Casa de Austria (ex stirpe Habsburgica), gran parte de sus territorios sí quedaron en posesión de ésta y de la República Véneta. Lo que, desde el siglo XIX, se conoce como Trentino es el territorio que quedó en gran parte bajo control episcopal directo hasta las guerras napoleónicas.

Es ahí cuando se produce la rebelión de Andrés Hofer, un posadero que lucha con bastante éxito, primero contra los bávaros aliados de Napoleón y luego contra el mismo Emperador de los Franceses, levantando la bandera de Dios, la Patria y las Viejas Leyes. Hofer, que parece ser era de lengua latina (dialecto ladin, muy parecido al romansch suizo), no luchó por Austria como nación, sino por las libertades de su patria (el Tirol, al norte y al sur de los Alpes, incluyendo el Trentino) y por el Sacro Emperador Romano, que, en ese momento, era también duque soberano de Austria (entre muchos otros títulos).

Es bien sabido que el famoso Congreso de Viena de 1815 consagró muchas de las innovaciones revolucionarias, entre ellas, el mito de la nación-estado. Como consecuencia de ello, todo el Tirol, incluyendo el Trentino, fue absorbido por el nuevo Imperio Austríaco.

Pero como todos los mitos revolucionarios, el de la nación-estado contiene el germen de su autodestrucción, y es así que se daba pie a que otra “nación-estado”, en ese momento en plena ebullición, Italia, reclamara para sí todos los territorios al sur de los Alpes. Y tras que la Confederación Itálica que preparaban los Papas quedara atrás del proyecto personal de los Reyes de Cerdeña, Trento (junto a Trieste) se convirtieron en el mito de “la Italia irredenta” a la que cantaba Battisti, entre otros ideólogos… Aún hoy, poblada está Italia de plazas y calles de nombre “Trento e Trieste”.

No ayudó, claro, a lograr la paz social, el proceso de germanización sobre el “Tirol Meridional” que, iniciado desde Viena a mediados del siglo XIX, fue tan revolucionario como el proyecto del “Reino de Italia” y violaba nuevamente las leyes viejas de los antiguos príncipes-obispos. El ladin fue perseguido y el italiano sólo se permitió en comunas donde los que lo hablaban como primera lengua fuesen más de un “x” porciento.

Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Austro-Húngaro debió ceder a la Italia de los Saboya el Trentino y el Triestino. De más está decir que, luego de la famosa marcha heroica del poeta y guerrero D’Annunzio y sus Arditi sobre el Fiume, la italianización de esos territorios fue mandato del régimen de Mussolini.

Nuevamente la vieja cultura tridentina fue vejada. Otra vez, el ladin sufrió, lo mismo ahora que el alemán – al menos, en este caso, hasta la conformación del Eje. Y se sembró la semilla para que, terminada la Segunda Guerra Mundial, surgiera un movimiento autonomista que cada día toma más fuerza, pero que tampoco es la solución de nada.

En el antiguo Principado Tridentino convivían viejas familias de origen romano con otras venidas del Véneto, de Alemania o de Europa Oriental, de lengua latina o germánica, o dialectos eslavos que se han perdido… Y no había cuestiones raciales: aún hoy, por ejemplo, en pleno siglo XXI, el ladin es hablado en las Siete Comunas címbricas (rubios descendientes de una importante migración germánica medieval).

La autonomía de la Región Trentino-Alto Adigio, con sus carteles bilingües, sus pistas de ski, su turismo cosmopolita, sus bajísimas tasas de natalidad, no es suficiente, no puede evitar lo arbitrario e injusto, además de estar edificando una pared divisoria entre “italianos” y “austríacos” totalmente artificial. Lejos quedaron los tiempos en que los Thun eran también los Tòn o Tono; los von Trapp, los Trappi; los d’Appiano, von Eppan... Lamentablemente, el daño ya fue hecho.

Estos problemas irresolubles son típicos de la Revolución. Y con el paso de los años van transformándose en complicadísimos nudos gordianos a la espera de Aquél que vendrá a cortarlos. ¡Maranathá!

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jueves, 11 de febrero de 2010

Novedades




Estimados amigos,

Aproximadamente desde hace dos meses no hemos podido actualizar la Roca del Grifo con la frecuencia con que lo hacíamos anteriormente. Salvando la traducción del último capítulo de La Restauración de la Cultura Católica del profesor John Senior, somos concientes de que no hemos hechos grandes aportes. Sin embargo, sí hemos estado activos en algunas de las "aplicaciones" que pueden verse en los márgenes de la bitácora.

En primer lugar, seguimos con las Recomendaciones Diarias donde vamos dejando enlaces a notas y artículos que nos parecen de interés, aparecidos en sitios y bitácoras de lo más diversos. Pueden encontrar dichas Recomendaciones en el margen izquierdo de la Roca del Grifo.





Simultáneamente, conservamos un "perfil" en Facebook, bajo el nombre Gualterio Curzio (simplemente, "Walter E. Kurtz" -- y sus combinaciones -- ya estaba tomado). Allí aprovechamos ciertas funcionalidades del Libro de Caras para compartir noticias y curiosidades, dejar comentarios en los perfiles de "amigos" y participar en foros, páginas y grupos. Para llegarse hasta nuestro Libro de Caras, puede accederse a través de la "insignia" que aparece en el margen izquierdo o de la aplicación Networked Blogs que puede verse en el margen derecho.





Finalmente, comenzamos hace poco con los Partes desde el frente. Muy breves pensamientos que vamos dejando vía celular a propósito de las actividades de nuestra vida diaria. Además de poder leer los Partes en la parte superior de la bitácora, es posible seguirlos en Twitter.





Próximamente, pondremos a prueba otras iniciativas... todo desde la Roca del Grifo.

Y, desde ya, les agradecemos el seguimiento.

Suyo,

Walter E. Kurtz
alias Gualterio Curzio


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