jueves, 28 de mayo de 2009

Signa temporum

Para los neo-cons
China no sólo no persigue a los católicos
sino que los alienta

En el último número de la revista de neo-con católica "First Things" que dirigiera tanto tiempo el Padre Richard Neuhaus, el P. Francesco Sisci dice que "el crecimiento exponencial del cristianismo en China no hubiese sido posible sin la permisividad y el aliento tácito del régimen". "El gobierno chino ha dejado de lado la persecución de los cristianos por un sutil --y a veces abieto-- aliento al cristianismo".

El artículo, "El Momento Católico de China", llega a afirmar que "no es una exageración decir que estamos cerca de un momento casi constantiniano para el Imperio Chino, a medida que el gobierno busca convertir al cristianismo --particularmente al catolicismo-- en un instrumento de cohesión social".

"El interés especial de Beijing, dice el autor, por el catolicismo [está en verlo] como una potencial fuerza unificadora".

"Las poco organizadas y geográficamente dispersas iglesias protestantes podrían parecer menos una amenaza para el gobierno del Partido que la organización internacional y la unidad de la Iglesia Católica. Sin embargo, para las autoridades el catolicismo es de más interés que las denominaciones amorfas y a veces efímeras que comprenden las 'iglesias domésticas'.

"En parte, esto es porque los católicos de China no han demostrado interés por la política, a pesar de décadas de represión. Por ejemplo, durante las protestas de la Plaza de Tiananmen en 1989, el obispo Joseph Zen de Hong Kong ordenó a sus sacerdotes y fieles mantenerse al margen. Pero además, la actitud del Partido Comunista está relacionada con la preocupación que le producen las inestables combinaciones de elementos tradicionales entre los muy diversos protestantes chinos.

Beijing ve a la Iglesia Católica como un cuerpo occidental cristiano sin ambiguedades, no tocado por confusiones sincretistas y por lo tanto indispensable para la occidentalización de China. El gobierno chino quiere negociar con una iglesia cristiana que predique valores compatibles con la modernización, preferiblemente una que tenga una organización transparente y coherente. Aunque su posición pública hacia el cristianismo sea positiva en general, en la práctica los esfuerzos del gobierno se han concentrado casi exclusivamente en la Iglesia Católica. La diplomacia china ha dedicado una atención desproporcionada para intentar normalizar las relaciones con la Santa Sede.

COMENTARIO DESDE LA SELVA CAMBOYANA: Es muy curiosa esta nueva postura neo-con pro-China en momentos en que desde las "usinas de pensamiento" (como se las llama) se llama a seguir el "Modelo Chino", sea lo que esto sea. Así lo denunció críticamente la prestigiosa revista británica "The Economist" en su último número ("Que la Gran China nos proteja").

Dato esjatológico indudable es que con el surgimiento imperial de China del que muchos hablan (por ejemplo ayer cuando Petrochina se convirtió en la petrolera más grande del mundo), alguien piense en una religión de estado que "predique los valores de la modernidad" con el nombre de la Iglesia Católica.

Quizá el Anticristo no sea el mulato Obama sino algún magnate con ojos rasgados que aún no conocemos.


Reescribir la historia à la rusa

Según trae la revista The Economist, el presidente ruso Dmitry Medvedev ha ordenado la conformación de un comité para investigar "las falsificaciones de la historia que dañan los intereses rusos" (con humor británico la revista se pregunta qué pasa con las falsificaciones que promueven los intereses rusos). Un proyecto de ley presentado en la Duma criminalizará a quien iguale a Stalin con Hitler, o niegue que el Ejército Rojo "liberó" Europa del fascismo.

Como bien recuerda la revista británica, la historia es extremadamente compleja y no existen blancos y negros absolutos. Pero Rusia busca con esta nueva ley no sólo negar las complejidades sino acallar todo revisionismo postsoviético cuando se aproximan algunos aniversarios como la firma del pacto Ribbentrop-Molotov, la invasión soviética de Polonia, la anexión de los Países Bálticos y Ucrania Occidental, y la masacre de oficiales polacos en Katyn.

Dice The Economist que si antes, en los tiempos soviéticos, fue difícil convencer a todos de la historia oficial, más difícil será ahora y que más bien impulsará argumentos absolutos "del otro lado" (por ejemplo en los países que antiguamente formaban parte del Bloque del Pacto de Varsovia).

El discurso de Vladimir Putin en Budapest para el aniversario de la invasión soviética de 1956 fue un modelo de tacto y pena sin llegar a la disculpa. Esa forma podría bien seguir siendo la utilizada. De hecho Polonia ha enfocado la cuestión de Katyn de modo bastante tranquilo con la esperanza de que el Kremlin abra los archivos correspondientes. Pero la respuesta rusa fue deseseperante: "¿Qué obtenemos a cambio?" Como dice The Economist, ese tipo de respuesta se justifica en negociaciones comerciales, pero en el caso de asesinatos masivos...



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miércoles, 27 de mayo de 2009

Invitaciones recibidas

El Instituto de Filosofía Práctica invita a la reunión que tendrá lugar en el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, Av. Callao 1542, Planta Baja, el día jueves 11 de junio a las 19 hs, en la cual hablarán acerca del tema "Las tragedias tebanas de Sófocles: por el honor de Edipo", los escribanos Pedro Mollura y Bernardino Montejano.


FORVM invita a la conferencia "El caso Galileo", a cargo del P. Carlos Biestro, el jueves 4 de junio, a las 19:30 hs. En Bartolomé Mitre 1747, Ciudad de Buenos Aires. Entrada Gratuita.
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viernes, 22 de mayo de 2009

De Notre Shame al Traditore Romano (aclaración)



Oremus pro pontifice nostro Benedicto.
Dominus conservet eum,
et vivificet eum,
et beatum faciat eum in terra,
et non tradat eum in animam inimicorum eius.

Deus, omnium fidelium pastor et rector,
famulum tuum Benedictum,
quem pastorem Ecclesiae tuae praeesse voluisti,
propitius respice:
da ei, quaesumus, verbo et exemplo,
quibus praeest, proficere:
ut ad vitam, una cum grege sibi credito,
perveniat sempiternam.
Per Christum, Dominum nostrum.
Amen.

Aclaración: Esta entrada en la bitácora se refiere a la forma en que el diario romano L'Osservatore Romano ha tratado la visita del presidente estadounidense Obama a la universidad católica de Notre Dame. El viernes 20 de marzo pasado trascendió que el rector de dicha universidad católica había invitado a Obama a pronunciar un discurso el día de graduación. Siendo que el Presidente Obama tiene una conocida y reconocida agenda abortista y anticatólica, incluyendo un informe que previene a las fuerzas de seguridad del "gran país del norte" para actuar contra acciones de grupos pro-vida, la oportunidad de dicha invitación provocó el rechazo de buena parte de los estudiantes y del cuerpo académico de la universidad, además de numerosos intelectuales, sacerdotes y obispos norteamericanos. A pesar de todo, el pasado domingo 17 de mayo, el Presidente Obama habló en Notre Dame. En los parques del campus universitario, se realizó una manifestación de rechazo que fue reprimida por la policía; incluso, arrastrando a un ancianito sacerdote, el Padre Norman Weslin. Los medios católicos estadounidenses hablan ahora de "Notre Shame" -- jugando con la similar pronunciación en inglés de las palabras Dame (dama) y Shame (vergüenza). El diario romano del comienzo, que desde hace un siglo funciona como una especie de medio oficioso de la Santa Sede, sin ser el "boletín oficial" como creen algunos, ha informado de la visita de Obama a dicha universidad de forma por demás vergonzosa. La nota, titulada "La búsqueda de un terreno común", y adornada con una fotografía del morocho con la túnica de los profesores de la universidad, está llena de alabanzas al aprendiz de Felsenburgh porque "la nueva ley de aborto no es prioridad de su administración" [pero está en su agenda], por "invitar a los estadounidenses de todos los credos y convicciones ideológicas a 'tomarse de las manos en un esfuerzo común' para reducir el número de abortos... reduciendo el número de embarazos [¿con mayor distribución de píldoras abortivas del día después a adolescentes, por ejemplo?], facilitando las adopciones [a los homosexuales, por supuesto] y asegurando la asistencia y apoyo a aquéllos que deciden [sic] conservar su bebé" [¿y a los que deciden no conservarlo?], por "proponer una cláusula de objeción de consciencia para médicos y paramédicos... pero trabajemos de modo que nuestras políticas de salud se fundamenten en claros criterios científicos y éticos [¿como los fijados de una vez y para siempre por científicos de la talla de un Jérôme Lejeune?], como el respeto a la igualdad de la mujer [¿y el bebé?]", y por "acordar en que se trata de una decisión [sic] dolorosa para cualquier mujer" [¿es menos dolorosa la decisión de su madre para el bebé asesinado?]. ¿De qué se congratula el Osservatore Romano? El cerco de estos traidores romanos sobre el Santo Padre es impresionante y descarado, recemos por Su Santidad Benedicto XVI.



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miércoles, 20 de mayo de 2009

Recordando a un maestro... y su forma de enseñanza

De mis numerosos encuentros con André Charlier guardo un recuerdo casi intemporal. Nada de “sobresaliente”, en el sentido demasiado humano de la palabra, en esta personalidad con todo excepcional, sino la presencia de un alma que vivía a la vez en el centro y más allá de ella misma, en que la vida interior y la atención al prójimo eran uno. La primera palabra que me viene a la mente cuando pienso en él es transparencia. Nada en él suponía un obstáculo a la luz y al amor, a la manera de un vitral cuyos colores absorben y extienden los rayos del sol.
Gustave Thibon


André Charlier fue profesor y luego director de la Escuela des Roches (de las Rocas), además de escritor y músico. Nació el 25 de diciembre de 1895 y murió el 8 de agosto de 1971. Fue amigo de Paul Claudel y de Jacques Copeau (fundador de la Nouvelle Revue Française y creador del Théâtre du Vieux-Colombier), y gran admirador de Charles Péguy como su hermano mayor, Henri (1883-1975, pintor, escultor, filósofo y escritor). Su obra escrita, más limitada que aquélla de su hermano, se le equipara por la calidad del pensamiento que es la de un maestro de sabiduría y de un profesor en el pleno sentido de la palabra. Su obra musical, compuesta a caballo de las circunstancias (acompañamientos escénicos para teatro, melodías, cánticos y partes para piano) sigue siendo inédita, pero algunas melodías para canto y piano se interpretaron mientras aún estaba con vida en Radiofrance.

Hijo de un ateo militante y hermano de un artista católico converso, no fue hasta días antes de ser movilizado al frente durante la Primera Guerra Mundial que es bautizado por Dom Besse. Se destaca por su heroísmo y es dado de baja por inválido. Destacado helenista y filósofo autodidacta, se dedica durante sus primeros años al trabajo agrícola en una quinta perteneciente a sus abuelos maternos en Cheny.

En la década de 1920 casa con Alice Caquereau y acepta un trabajo como Profesor de Lenguas Clásicas en la École des Roches de Verneuil-sur-Avre (Eure). Tambié por esa época comienzan treinta años de correspondencia ininterrumpida con Paul Claudel sólo suspendida por la muerte de este último.

Sigue frecuentando al grupo de artistas católicos que rodeaba a su hermano y él mismo impulsa a sus alumnos de Verneuil a probar con la música y la literatura. Músicos franceses de renombre como Jean-Philippe Rameau y François Couperin, fueron alumnos suyos. Las obras de teatro organizadas por André y representadas por los maestros y alumnos, en base a dramas de Molière, Shakespeare y Péguy, convocaban a personas venidas de toda la región.

Pero lo encuentra la enfermedad y muerte de su mujer por tuberculosis y la Segunda Guerra, siendo movilizado como capitán de la reserva. Tras el armisticio, regresa a la École des Roches, que ahora se encontraba en un pequeño palacio de Maslacq, pequeña villa de los Pyrénées-Atlantiques, y al año siguiente es electo director.

Como director, realiza una importante reforma en parte imitando a las escuelas públicas inglesas. Como primera medida, confía a los alumnos mayores destacados, “los capitanes”, el orden moral y material de la escuela. A ellos dedica una serie de cartas, que serán recopiladas en uno de sus libros más memorables, “Lettres aux capitaines”.

Se crea una schola cantorum donde los alumnos aprenden canto gregoriano y polifonía. Músicos reputados como la cantante lírica Jeanne Bathori (preferida de Erik Satie y Claude Debussy) o el violoncelista André Lévy de la Sinfónica de Praga.

Dos ex capitanes de Maslacq, Jean-Marie Grach y Hervé Giraud, mueren en el frente. Las cartas de ambos, pero especialmente las de Jean-Marie —a quien André consideraba santo—, dirigidas a su antiguo maestro eran una verdadera inspiración para los nuevos.

En 1947, André Charlier convoca a su hermano Henri y a sus amigos, Gustave Thibon, Henri Massis, Olivier Lacombe, Jean Guitton, André Thérive, Louis Salleron y el Padre de Tonquédec a unas jornadas de formación para los alumnos de Maslacq. Las Jornadas, cuyas actas se irán publicando en los Cahiers de Maslacq, se irán repitiendo todos los años con mucho éxito.

André aprovechará los Cahiers para publicar también algunas reflexiones suyas que, con el tiempo, constituirán un libro patrocinado por la Academia Francesa, Que faut-il dire aux hommes, título relacionado directamente con la famosa Carta al General X de Saint-Exupéry que André tanto admiraba.

Además de los textos, los Cahiers (posteriormente rebautizada revista Questions) se destacaban por su cuidadosa tipografía e ilustraciones de calidad.

A fines de 1950, la École des Roches se muda a Clères (Seine-Maritime) y se fuciona con el Collège de Normandie. Con ocasión de la mudanza, los ex alumnos regalan a André un clavecino de concierto de la época de Luis XIV. Ingresan a la escuela como profesores, Maurice Bardèche, Henri Rambaud, Jean-Marie Paupert y Albert Gérard. A pesar de todos estos cambios, la escuela de André Charlier seguirá siendo conocida como Maslacq hasta su retiro doce años después.

A partir de 1962 comienza una época de viajes, dictando conferencias en París (nada menos que en la Academia y, luego, en Amitiés Françaises), en Bordeaux, en Maslacq, en Sénac, en la abadía de Ozon, Angers, en la abadía de Fongombault, en Lausanne (Congresos de la Ciudad Católica), Fongombault nuevamente, Troyes, Bordeaux otras dos veces. Visita amigos Gustave Thibon, Marcel de Corte, Louis Salleron, Dom Romain Guillauma, Jean Ousset, Alexis Curver, el Padre de Chivré.

Traduce al francés y anota el comentario de Santo Tomás de Aquino a la Segunda Epístola de San Pablo a los Corintios. Y a fines de 1967, publica con su hermano Henri, Le Chant Grégorien, que consideraba su testamento.

Fallece en un hospital en la rue des Martyrs en París. Su Misa funeral tuvo lugar en la capilla del hospital y sus restos mortales fueron depositados en el cementerio de Mesnil-Saint-Loup, junto a los de su mujer Alice, su hermano Henri y su cuñada Émilie.

Uno de sus alumnos (Albert Gérard, presidente de la Fondation Charlier del Barroux, Vaucluse) recordaba que André Charlier, “no era de esos maestros que charlan. Decía lo que tenía que decir, y lo decía bien, pero, en fin, hablaba poco. Enseñaba por lo que era. Dejó una fuerte impronta en todos sus alumnos, de alguna manera; yo le debo lo que me gusta y lo que espero.”

Escribía a sus capitanes que “me gustaría veros abrumados por la inmensa alegría de estar en la verdad, y de transmitir a aquéllos que os rodean ese gusto por la verdad… no hay mayor muestra de amor que dirigir las almas hacia la verdad”.

André gustaba salir a caminar con sus alumnos. Los llevaba al campo, a conversar con campesinos y pastores, a veces iletrados pero que tenían tras de sí dos mil años de cultura católica. Visitaban también la villa de Maslacq y las aledañas, observando y escuchando a los artesanos y pequeños comerciantes, con su sabiduría de generaciones.

Como ha dicho John Taylor, ex alumno del IHP y estudioso del modo poético de enseñanza de André Charlier, el maestro de Maslacq pensaba que en una escuela todo debe enseñar: la arquitectura, el mobiliario, el escenario y, por supuesto, los maestros. Podemos imaginarlo, sentado junto al fuego en lo que fue un antiguo castillo, rodeado por sus alumnos, a los que lee Péguy, enseña latín y con quienes interpreta música.

John Senior estuvo allí de visita, como en otros tiempos Dom Gérard Calvet y Jean Madiran. Allí, dice, comenzó a entender porqué fallaban los programas de “grandes libros” o de “artes liberales” como hasta entonces se dictaban. Faltaba el modo poético de enseñanza.

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martes, 19 de mayo de 2009

Quail not, and quake not, thou Warder bold

EL VIGIA

John Henry Newman

Amenazado por la pena no desmayes,
¡no te inquietes, vigía en el otero
brumoso de la verdad!
Aunque pocos los fieles, y fiero el enemigo
lo débil es siempre la fuerza del cielo.

Infiel Ammon y Tiro mezquino
par discordante, podéis uniros.
Algunos trabajan por amor, algunos por salario,
pero lo débil será la fuerza del cielo.

La flaqueza de Elí, la negra ira de Saúl
alimenten el rencor de Ajitofel
y plegarias de Garizim, y maldiciones de Gat.
Nuestra debilidad mostrará la fuerza del cielo.

Aunque no haya amigos a la vista
no cejes, osado centinela;
no tiembles, vuélvete y pregunta
a los días de antaño, cuando siempre
lo débil era la fuerza del cielo.

Uno solo era Moisés, pero contuvo
en la presencia luminosa
el pecado de la hueste.
Y Elías en el Carmelo despreció el clamor
cuando Baal desafió la fuerza del cielo.

Muchos son los años del tiempo, pero una
es la eternidad, y uno el infinito.
Pocos son los elegidos, y los buenos hechos,
no obstante, lo exiguo es la fuerza del cielo.

(Traducción de Jorge Ferro)

The Watchman (a song)

[Fuente: Carlos Baliña, Los signos de los tiempos en la apocalíptica newmaniana]




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lunes, 18 de mayo de 2009

Ora et Labora

Según informa el Padre Z (John Zuhlsdorf) en su bitácora What Does The Prayer Really Say?, los monjes benedictinos de la abadía de Santa María Magdalena del Barroux en Francia han editado un DVD, Veilleurs Dans La Nuit, con el fin de que el espectador pueda "descubrir la vida de los monjes del Barroux en el curso de una jornada de trabajo y oración". Y --yo agregaría-- pueda entender cómo se hizo Europa y Occidente.

Tres imágenes, de las muchas que pueden verse en la bitácora del Padre Z.









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miércoles, 13 de mayo de 2009

Hallazgo

Dos buenas bandas de música sureña norteamericana: The Jason Boone Band y Fat Man Squeeze, vía la bitácora Light On Dark Water. De la primera me gustó especialmente For Sale by owner. De la segunda, Wal-Mart song.


The Jason Boone Band

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Invitación


Se invita a dos conferencias del R.P. Alfredo Sáenz S.J. La primera es el día sábado 16 de mayo a las 20.30 hs. sobre “San Pablo prototipo del apóstol”. El sábado 16 de junio también a las 20.30 hs. y acerca de “Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble” Una teología de la historia. Parroquia María Reina, calle Ceretti 2622, Ciudad de Buenos Aires, tel.: 4572-8422. [Fuente: Catapulta.]
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martes, 12 de mayo de 2009

Invitación a curso

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lunes, 11 de mayo de 2009

Nueva publicación

Salió el número 0 de la nueva revista The Traditionalist. No me convence del todo la línea editorial, pero hay varios artículos interesantes y el diseño y presentación son muy buenos.



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domingo, 10 de mayo de 2009

Una noche funeral que se cierna sobre la tierra

Y temo que el día en que se apague una lucecilla que arde en la colina del Vaticano, lanzando melancólicos resplandores sobre la iniquidad de un mundo ingrato; el día en que -cumplida la misión providencial de haber llevado hasta el último límite la misericordia divina para preparar el camino de la justicia- la luz se apague, puede ser que un viento de muerte sacuda la pesada atmósfera que gravita sobre las almas, y que, en el momento en que una turba insensata, acaudillada por los apóstoles de la impiedad, escale los muros del templo para arrancar de la techumbre social la cruz de Cristo, que es y será siempre el pararrayos espiritual contra todas las tempestades de la vida, puede ser que una nube sombría y tormentosa invada los horizontes y los ilumine súbitamente con la centella que rasgue sus entrañas, para que veamos avanzar sobre el suelo, calcinado por la revolución, de esta Europa apóstata y cobarde una ola negra, muy negra, coronada de espumas ensangrentadas, que arrastre, entre sus aguas impuras, astillas de tronos y fragmentos de altares, y que dé comienzo a una noche funeral que se cierna sobre la tierra y parezca interrumpir la historia.

Juan Vázquez de Mella y Fanjul


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sábado, 9 de mayo de 2009

A solitary outpost of the Faith, surrounded by aliens

Guy no tenía deseo alguno de persuadir o convencer o compartir sus opiniones con alguien. Incluso entre los de su religión no sentía compañerismo. Con frecuencia deseaba haber vivido en los tiempos de la persecución cuando Broome [la residencia familiar], había sido un puesto solitario de la Fe, rodeado de extraños. Algunas veces se imaginaba acolitando la última Misa del último Papa en una catacumba en el fin del mundo.



"¿Existe algún lugar libre del mal? Es demasiado simple decir que los nazis querían la guerra. Estos comunistas también la querían. Fue la única forma en que podían alcanzar el poder. Muchos de mi pueblo también la querían, para vengarse de los alemanes, para apurar la creación del Estado de Israel. Me parece que había voluntad de hacer la guerra, un deseo de muerte, en todos lados. Incluso hombres buenos pensaban que su propio honor sería satisfecho en la guerra. Podrían demostrar su hombría matando y muriendo. Aceptarían las dificultades como castigo por haber sido egoístas y perezosos. El peligro justificaba el privilegio. Conocí italianos --no muchos tal vez-- que sentían esto. ¿No había personas así en Inglaterra?"

Evelyn Waugh, Sword of Honour.

Torrent.




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viernes, 8 de mayo de 2009

La catedral y la ciudad

La catedral pertenecía tanto a la ciudad como al obispo. Las comunas monopolizaban su construcción, reconstrucción y embellecimiento. En 1267, los padres de la ciudad de Siena organizaron la Opera del Duomo, un consejo responsable del sostenimiento material de la querida Santa Maria. Después de fundir por primera vez la lámpara de vigilia de la ciudad ante el altar de María, los padres nombraron a sus miembros, los juramentos para tomar el cargo y las responsabilidades del consejo. Para la década de 1290, los funcionarios de la Opera eran nombrados directamente por los Nueve, el comité ejecutivo de la comuna. Dos veces al año requisaban todos los animales de carga de la ciudad para transportar mármol para la construcción del Duomo.[1] La ciudad proveía la comida para los trabajadores y la protección de las bestias.[2] Otras ciudades hacían lo mismo. En 1264, Vicenza contrató a un supervisor para su catedral y estableció un subsidio anual para su decoración y mantenimiento.[3] Para 1286, Pisa tenía a disposición de la catedral de Santa Maria Maggiore y su ya famosa torre un sistema a escala incluso mayor que el de Siena. Cuando la ciudad nombró a Giovanni Scorcialupo di Ser Ranieri director, le proveyeron con un secretario, un abogado, tres sirvientes, dos caballos y una casa.[4] Tan importante era su servicio que la ciudad le prohibió acometer cualquier otro trabajo o negocio durante el tiempo que permaneciera en su cargo.[5] Las ciudades competían por famosos arquitectos, pintores y escultores. Módena se consideraba afortunada por comisionar al famoso Tommaso de Fredo para esculpir el púlpito de la catedral.[6] Pisa contó con uno de los mayores artistas del período, Giovanni di Incola Pisano. La ciudad se aseguró sus servicios como capomaestro de Santa Maria mediante una exención impositiva y la promesa de expulsar cualquier miembro del personal de la Opera con el que no se llevara bien.[7]

Como símbolo de la ciudad, el Duomo estaba primero en la caridad municipal. En 1262, Siena limitó las donaciones a los pobres a uno meros 10d. por día, de modo de que pudiese disponer de más fondos para la concreción de la catedral.[8] Aseguró a la Opera di Santa Maria derechos de pastoreo en los bosques de la ciudad y contrató un guardia nocturno para el sitio de construcción.[9] En Bologna un incendio destruyó la vieja catedral en 1131. Cuando el obispo no había aún comenzado la reconstrucción a pesar de haber pasado ya treinta años, los padres de la ciudad tomaron control del proyecto. Completaron el nuevo edificio en sólo cuatro años.[10] Las crónicas y la legislación de la ciudad registran la solicitude de Bologna a la Iglesia Madre. Cuando los arcos abovedados de la catedral colapsaron el día de Navidad de 1228, los padres de la ciudad contrataron al Maestro Ventura para restaurarlos, una tarea completada en 1232.[11] En 1250, se aprobaron 15 bon. – permitiendo un exceso en los costos de hasta 10 – de modo que el nuevo capomaestro Alberto pudiese adquirir mármol para mejorar el Duomo, lo mismo que la torre y el claustro.[12] El campanile obtuvo un techo de plomo en 1254.[13] Tal vez estos proyectos fueron demasiado para las dotes de organización del industrioso Alberto. En 1259, la ciudad ordenó el retorno de los fondos no gastados dentro de los dos meses siguientes a la promulgación del estatuto y comisionó una auditoría.[14] Su preocupación era obtener un gasto eficiente del dinero y lo antes posible. La legislación subsiguiente no mostró rechazo alguno hacia el gasto de fondos en la Iglesia Madre. En 1260, la ciudad encargó a Alberto la reforma de la piazza que rodeaba el baptisterio de San Giovanni, que quedaba justo en frente del pórtico oeste de la catedral, para permitir más luz y de ese modo mostrar la fachada.[15] Una vez que se terminó esta construcción, mantuvieron a Alberto en la nómina de la ciudad para que se encargara del mantenimiento y las reparaciones.

El cuidado del centro ritual, sin embargo, era la preocupación de todos, no sólo de los padres de la ciudad, y los ciudadanos privados demostraban públicamente su gratitud y reconocimiento participando de los trabajos. Dos mujeres de Orvieto, Milita de Monte Amiata y su amiga Giulitta, ganaron reputación de grandes patronas del Duomo por proveer fondos para un nuevo techo. En gratitud, la confraternidad del clero de la catedral incluyó sus nombres en las oraciones públicas. Imaginemos el horror del obispo Riccardo (1169-1200) cuando descubrió que ambas mujeres eran activas cátaras y que su buena civilidad había cegado a la gente sobre sus ideas heterodoxas.[16] Si alguien era buen ciudadano de Orvieto, entonces también era buen católico, habría razonado el obispo. Bueno, tal vez no. Al final, su civilidad probablemente importó más a la gente que sus peculiares idiosincrasias teológicas. Las mujeres habían probado su orgullo por la ciudad y gastaron su dinero en honor de Orvieto.

A comienzos del siglo XIII, Don Guidolino de Enzola, un rico ciudadano de Parma, se retiró al centro de la ciudad para vivir cerca de la catedral y su espléndido baptisterio. Salimbene lo vio sentado en la piazza “miles de veces”, frente a la catedral de la Santísima Virgen:

Y todos los días escuchaba Misa en la catedral y, cuando podía, los Oficios Divinos, tanto el diurno como el nocturno. Y cuando no estaba asistiendo al oficio en la iglesia, se sentaba con sus vecinos bajo el pórtico comunal cerca del palacio episcopal, para hablar de Dios y escuchar a otros hablar de Él. También solía frenar a los niños de la ciudad que arrojaban piedras contra el baptisterio y la catedral, destruyendo los bajorrelieves y frescos. Cada vez que veía a un niño haciendo esto, lo perseguía y azotaba con su cinturón, actuando como si fuera el guardián oficial, aunque lo hacía por puro celo de Dios y amor divino… Y una vez a la semana preparaba una cena abierta de caridad con pan, granos y vino en la calle cerca de su casa para todos los pobres de la ciudad a quienes agradecía por asistir.[17]

La piedad y el orgullo cívico de Don Guidolino eran lo mismo. Las acciones realizadas por las comunas mismas exhiben la misma unidad. Cuando la comuna de Parma financió las renovaciones y la construcción de su Duomo, se aseguraron de conmemorarlo con una placa monumental.[18] Donaciones como ésta embellecían la iglesia y reflejaban el honor de la comuna.

LA CASA DE LA CIUDAD

A fines del siglo XII y comienzos del XIII, antes de la creación de los primeros edificios públicos comunales, la catedral servía como lugar de las más importantes funciones cívicas. Esto era natural, dado que la nave, despejada de la invención moderna de los bancos, era ciertamente el espacio interior más grande de la ciudad. Allí, en la nave, los cónsules y otros funcionarios públicos
tomaban juramento al asumir sus cargos; allí el obispo y el clero bendecían los estandartes del ejército y sus carruajes de batalla, el carroccio. En Brescia, el mismo carroccio era guardado allí; quedaba frente a un pilar en la nave, asegurado con cadenas.[19] Las asambleas de la ciudad deliberaban allí y oficialmente proclamaban sus tratados con otras comunas.[20] La consagración de un altar en el Duomo podía atraer a personajes importantes de tierras lejanas, mejorando el estatus de la ciudad. En Bologna en 1261, cuando el cardenal Ottaviano consagró el nuevo alta de San Pietro, los arzobispos de Rávena y Bari y no menos de otros trece obispos lo asistieron.[21] La instalación de puertas monumentales para el uso exclusivo en las ceremonias cívicas hacía visible el vínculo entre la comuna y la catedral. Una puerta de este tipo es la del flanco del Duomo de Módena, próxima a la más pequeña para uso común. Se abre desde el pasillo sur hacia la Piazza Comunale. Se abría una sola vez al año, cuando los funcionarios de la ciudad entraban en procesión para ofrecer candelas al patrono de la ciudad, San Giminiano, en su altar sepulcral en la cripta. La catedral de Ferrara tiene una puerta similar, la Porta dei Mesi, de la cual sólo quedan vestigios. En 1222, los boloñeses construyeron su puerta ceremonial en el flanco sur de San Pietro, la famosa Porta de’Leoni.[22] Tristemente, sólo los leones esculpidos por el Maestro Ventura quedan en pie, ahora desplegados del lado de adentro de las puertas occidentales del edificio.

La nave pertenecía a toda la gente de la ciudad, no sólo a su gobierno. Diversos grupos crearon sus propios espacios semi-privados allí, construyendo capillas en los pasillos laterales y consagrando altares. El Duomo de Bologna tenía al menos ocho capillas de este tipo, cada una atendida por un capellán.[23] Las capillas se multiplicaron en las catedrales y grandes iglesias a lo largo del siglo XIII. La ciudad y las corporaciones comerciales las construyeron; las familias ricas las consagraron en reemplazo de sus viejas chapelle gentilizie en sus propias casas.[24] Este cambio marca, tal vez, la integración de la vieja aristocracia en el nuevo régimen republicano. Esas capillas eran en sí mismas pequeñas iglesias, separadas de los pasillos por una reja abierta de acero o madera, que las dejaba visibles desde afuera. Dentro, los patrones se sentían en un espacio íntimo, parados a unos pocos pies del altar. Cada capellán estaba obligado a celebrar los Oficios y la Misa, y en este tiempo cuando la silenciosa Misa Rezada no existía, la cantaba. Algunas veces los fieles en una capilla habrán advertido la música que provenía de otras partes del edificio. Si los cantores trataban de igualarse en volumen, la mañana en la nave se hubiese presentado al ocasional visitante con una disonancia santa.

Luego de los servicios de la mañana, la nave volvía al laicado. Éste era un lugar natural para llevar adelante negocios, al menos cuando no había servicios diurnos, nunca en domingos, y, al menos en Reggio Emilia, tampoco los sábados.[25] La expectativa de Faenza por tales negocios en la nave eran tan natural que en 1195 la ciudad hizo poner sus medidas lineales en roca y montarlas en la puerta de la iglesia.[26] En 1222, Volterra, aunque no pretendía evitar el uso de la catedral como mercado, sí se ocupó de prohibir el uso del Duomo como depósito de madera durante la noche.[27] Para mediados del siglo XIII, numerosas voces se hicieron escuchar preocupadas de que la actividad de compraventa no desacralizara el edificio. Reggio trasladó sus medidas oficiales al atrio en 1259.[28] Parma, también, en 1255, prohibió el uso del Duomo como depósito.[29] El clero tomó acciones similares en Rávena, ordenando que el grano y los animales no sean depositados en la iglesia principal.[30] Cualquier grano que fuese dejado allí podía ser confiscado. En 1262, la ciudad de Bologna mandó a Alberto velar porque el Duomo, “cabeza de la misma ciudad”, no fuese usado como mercado y que no se depositara en él madera o granos.[31] Sin embargo, ninguna otra ciudad del siglo XIII, excepto Bologna, intentó frenar los mercados de la nave. Esa sección de la catedral era terreno de los laicos y para su exclusivo uso. Cuando, en 1311, el concilio provincial de Rávena finalmente intentó prohibir los mercados, las reuniones comunitarias y los juicios seculares en las iglesias, los obispos debieron hacer excepciones en tiempos de necesidad, como en guerra.[32]

Al este de la nave estaba el coro, la parte del clero en la iglesia. Galvano Fiamma, un cronista contemporáneo, da una descripción detallada del interior de una iglesia de una orden religiosa durante el período comunal, Sant’Eustorgio de Milán.[33] Como en muchas catedrales, un trascoro separaba el coro, que pertenecía al clero (aquí frailes dominicos), de la nave, que pertenecía al pueblo. En esta gran iglesia, el trascoro era una estructura imponente, con la forma de una pared alta, atravesada por una puerta central, que estaba flanqueada por dos grandes ventanas para poder ver la elevación de la Hostia. Las pinturas en ella mostraban a Santo Domingo enviando a sus hermanos a Milán. Un gran púlpito para cantar el Evangelio y predicar salía del trascoro en el ala norte. El diácono ingresaba en él por una escalera que salía del coro. El trascoro tenía tres altares adheridos a él para Misas menos solemnes con el pueblo. Sobre la puerta, en el centro del trascoro, había un gran crucifijo, mostrando el sacrificio de Cristo. La Misa solemne en el altar mayor, visible justo bajo la cruz, a través de la puerta del trascoro, hacía presente ese sacrificio todos los días en el acto de adoración principal de la iglesia[34]. El coro de Sant’Eustorgio contenía veintiocho sillerías, catorce de cada lado mirando hacia el centro, para que el clero cantase el Oficio. Durante las renovaciones de 1246, el prior, Pedro de Verona, elevó el altar mayor en el extremo este del coro varios escalones y lo embelleció con un fino retablo que mostraba a San Jorge. También cambió el piso del coro y la nave. Tras el asesinato de Pedro, el laicado de la iglesia comisionó un nuevo retablo que mostrara al santo mártir y decoró las paredes de la nave con un ciclo de frescos mostrando su vida. Incluso en una iglesia conventual, la nave seguía siendo el lugar especial de los laicos.

Otro arreglo común, de nuevo especialmente en las grandes iglesias y las catedrales, fue colocar un coro elevado sobre la cripta en el extremo este. Éste era un modelo antiguo y muy copiado, que se originaba en las renovaciones de la vieja San Pedro de Roma encargadas por el Papa Gregorio Magno. La entrada a la cripta era a través de una escalera lateral hacia abajo; el pueblo podía ascender al coro por escaleras laterales en los pasillos. Los visitantes pueden ver tales arreglos hoy en la catedral de Fiesole. Las viejas iglesias monásticas, como la de San Miniato en Florencia, conservan un arreglo similar. Incluso iglesias menores, como la Chiesa del Crocifisso en el complejo de Santo Stefano en Bologna, podían llegar a tener estos arreglos. El ejemplo más llamativo que conservamos es el de la catedral de Módena, donde el coro del siglo XIII se conserva íntegro[35]. Allí una pared de la altura de una pierna remataba una graciosa pareja de columnas y un architrave rodea el coro elevado. Al obispo Sicardo de Cremona, comentador del siglo XII sobre liturgia, le gustaba especialmente la idea de un divisor con columnas mellizas, como el de Módena. Para él estas columnas recordaban las parejas en que los apóstoles fueron enviados a predicar, así como la separación del clero y el laicado recordaba las muchas habitaciones en la cada de Dios Padre[36]. La columnata de Módena, que se extendía también a lo largo del parapeto frontal del coro, servía menos para ocultar el coro que para delimitar su espacio. Dentro del coro, en cada lado mirando hacia dentro, estaban la sillería de los canónigos. Los canónigos de mayor dignidad se encontraban en el lado norte, la dirección hacia la cual el diácono cantaba el Evangelio en Misa. Aquéllos más ancianos encontraban sus sillas cerca de la nave. El obispo, cuando presidía, sin embargo, tenía su sede en el centro de ábside hacia el este.

En Módena, luego de ascender al coro por las escaleras laterales, los visitantes entraban a una extensión alta de los pasillos, con acceso externo a las capillas privadas y vista interna hacia el altar mayor dentro del coro. El de Módena era ciertamente un altar mayor, que se elevaba a la altura del pecho del hombre medieval. Como los antiguos altares cristianos, este altar terminaba en forma recta, no estando rematado por algún retablo o reredo. En tiempos de la comuna, los manteles del altar, los candelabros removibles y los relicarios proveían la vestidura. Durante la Misa con el obispo, la llamada Misa pontifical, su decoración más exquisita era el gran misal pontifical de Módena, que aún puede verse en la Biblioteca Palatina de Parma[37]. Los siglos de servicio de este libro en el Duomo pueden saberse por las manchas de grasa acumuladas en la esquina inferior de cada folio – los restos de muchos años de dedos episcopales. El libro es grande, 225 x 300 milímetros, con profusión de ilustraciones y escrito por una particularmente fina y clara mano de fines del siglo XIII. Su legibilidad y la altura del altar deben haber sido una bendición para ancianos obispos miopes. El libro es en sí mismo un monumento al orgullo cívico: la gran miniatura señalando la Misa del patrón de la ciudad, San Giminiano, es mucho mayor que las miniaturas para Navidad o Pascua. Detrás del altar mayor está la sede episcopal, elevándose sobre el coro y la nave. Aunque el obispo en su sede no quedaba oculto para el pueblo en la nave, los canónigos en el coro, elevados por encima de las cabezas del pueblo, no eran visibles durante los cánticos de la Misa solemne y el Oficio diarios. A menos que subiesen las escaleras hacia el coro, los fieles experimentaban la liturgia pontifical principalmente a través de las melodías de los cantos y el evocativo olor del incienso quemado.

La catedral como un todo recordaba al obispo Sicardo tres realidades. Era un modelo del tabernáculo de Moisés donde Dios vino a residir. Era una representación del orden del cosmos, la machina mundi. Y sus partes coordinadas la convertían en una imagen del “ejército del pueblo de Dios”[38]. Tomada como un todo, la catedral hacía presente los órdenes de la Iglesia, la sociedad y la comuna. Los teólogos medievales veían en la Ecclesia Matrix el esquema de la Jerusalén del cielo bajada a la tierra. Ésta era la Casa de Dios, la Ciudad Santa y la Puerta del Cielo.

-- Augustine Thompson, O.P.,

Cities of God: The religion of the Italian communes, 1125-1325

(University Park, PA: The Pennsylvania State University Press, 2005).


[1] Siena Stat. I (1262), 1.613, pp. 2728; acerca de los animales de carga, ibid., 1.17, p. 30.

[2] Siena Stat. II (1290), 1.50710, 1:31920; ibid. (1297), 1.5762, 1:8587.

[3] Vicenza Stat. (1264), 199. El monto era de 10.

[4] Pisa Stat. I (1286), 1.154, pp. 26869, 285.

[5] Pisa Stat. II (1313), 1.207, pp. 22021; ibid. (1333), pp. 126974, 1273.

[6] Annales Veteres Mutinenses ab Anno 1131 usque ad 1336, ed. Lodovico Antonio Muratori (1322), RIS 11:80.

[7] Pisa Stat. I (1275), p. 49; ibid. (1286), 1.154, pp. 27374; Pisa Stat. II (1313), 1.265, pp. 26162.

[8] Siena Stat. I (1262), 1.20, p. 31.

[9] Siena Stat. II (1310), 1.13–14, 1:56–57.

[10] Enrico Bottrigari Manzini, Cenni storici sopra le antiche e sulla odierna cattedrale di Bologna (Modena: Vincenzi, 1877), 2643.

[11] CCB: A, Vill. (1228), 94; Matteo Griffoni (1234), 10; CCB: A (1234), 103; acerca de este colapso, ver Manzini, Cenni storici, 3234.

[12] Bologna Stat. I (1250), 5.4, 1:442.

[13] Matteo Griffoni (1254), 13.

[14] Bologna Stat. I, 5.23, 1:457.

[15] Ibid. (1260/67), 5.2, 1:440.

[16] Giovanni of Orvieto, Vita [S. Petri Parentii], 1.2, AS 18 (May V), 87. Grado G. Merlo, ‘‘Militia Christi come impegno antiereticale (11791233),’’ Militia Christi e crociata nei secoli XIXIII: Atti della undecima Settimana internazionale di studio, Mendola, 28 agosto–1 settembre 1989 (Milan: Vita e Pensiero, 1992), 364, considera la vida de San Pedro de Parenzo un manifesto antiereticale. El Papa Gregorio IX en 1235 específicamente prohibió la recepción de almas de herejes: Bologna, Biblioteca dell’Archiginnasio, MS B.3695, doc. I (original inédito). Sobre Milita y Giulitta, ver Lansing, Power and Purity, 30–31.

[17] Salimbene, Cronica, 88788, Baird trad., 61617. Traducción levemente modificada.

[18] Miller, Bishop’s Palace, 88.

[19] Brescia Stat. (before 1277), col. (185).

[20] L. Salvatorelli, L’Italia comunale dal secolo XI alla metà del secolo XIV, 318; sobre esto, ver Enrico Cattaneo,‘‘Il battistero in Italia dopo il Mille,’’ Miscellanea Gilles Gérard Meersseman, ed. Maccarrone et al., 1:186.

[21] Matteo Griffoni (1261), 15.

[22] Ibid. (1220), 8; CCB: A, Vill. (1220), 82. Sobre esta puerta, ver Manzini, Cenni storici, 2932.

[23] Pietro Sella, ‘‘La diocesi di Bologna nel 1300,’’ AMDSPPR, 4th ser., 18 (1927/28): 1067: capillas dedicadas a San Andrés, Santa María, San Nicolás, San Pedro, San Biagio, San Pablo, San Vital y San Martín ya estaban al menos en 1300. Parecerían ser capillas del Duomo. Para 1315, habían sido reducidas a cuatro: Mario Fanti, ‘‘Sulla costituzione ecclesiastica del bolognese IV: La decima del 1315,” AMDSPPR, n.s., 1719 (1965–68): 117.

[24] Cattaneo, ‘‘Spazio ecclesiale,’’ Pievi e parrocchie, ed. Erba et al., 1:47273.

[25] Reggio Stat., 21, p. 13.

[26] Maestro Tolosano, Chronicon Faventinum, ed. Giuseppe Rossini, 121, RIS2 28:1:114.

[27] Volterra Stat. (121022), 183, p. 95; ibid. (1224), 219, p. 218.

[28] Reggio Stat., 4.26, pp. 25354.

[29] Parma Stat. I (by 1255), p. 320; el pueblo de San Gimignano, eclesiásticamente dependiente de Florencia, limpió sus Iglesias el mismo año: San Gimignano Stat. (1255), p. 737.

[30] Ravenna Stat., 169, p. 89; 338b, p. 158.

[31] Bologna Stat. I (126257), 9.63, 2:61213.

[32] Concilio de Rávena (1311), 12, p. 457.

[33] Sobre esta iglesia, ver Galvano Fiamma, Cronica Maior Ordinis Praedicatorum, ed. Gundisalvo Odetto, en ‘‘La Cronaca maggiore dell’Ordine Domenicano di Galvano Fiamma: Frammenti inediti,’’ AFP 10 (1940): 323, 326, 327, 330.

[34] Ver Marcia Hall, “The Tramezzo in Santa Croce, Florence, Reconstructed,” Art Bulletin 56 (1974): pl. 17.

[35] Acerca de esta estructura, ver Arturo Carlo Quintavalle, Wiligelmo e Matilda: L’officina romanica (Milan: Electa, 1991), 12578.

[36] Sicardo, Mitrale, I.4, col. 21. Acerca del simbolismo de las iglesias en Sicardo, ver Joseph Sauer, Symbolik des Kirchengeba¨udes und seiner Ausstattung in der Auffassung des Mittelalters (Muenster: Mehren u. Hobbeling, 1964).

[37] Parma, Biblioteca Palatina, MS Par. 996 (fines del siglo XII).

[38] Sicardo, Mitrale, I.I, col. 15.

Catedral de Orvieto
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