Una típica fiesta surrealista de Marie-Hélène de Rothschild —la oveja negra de la familia, adicta a las drogas y a la farándula rockera-excéntrica-hippie de los '60/'70— se transforma en una "reunión illuminati" donde los poderosos, luego de repartirse el mundo en el hotel Bilderberg, se dedican a orgías y ritos satánicos.