Reseña a Alfredo Sáenz S.J., La Revolución Francesa IV: La Epopeya de La Vendée (Buenos Aires: Ediciones Gladius, Serie “La Nave y las Tempestades” vol. 10, 2009), 448 pp. en 18x11 cm.
Medio de casualidad cayó este libro en nuestras manos. Linda sorpresa es cuando uno cree haber leído todo sobre un tema y, con un libro como éste en sus manos, descubre que no.
El padre Sáenz nos tiene acostumbrados a buenos libros de divulgación sobre los más diversos temas, especialmente los históricos. Hemos tenido la gracia de asistir a muchísimas de sus conferencias y de disfrutar, especialmente, de las tertulias y charlas más informales que se arman tras bastidores.
Pero en esta ocasión se ha lucido. Estamos ante uno de sus mejores escritos. Nos explicamos.
El de La Vendée es un tema histórico complejo. Elípticamente obviado por la historiografía “seria” durante algo más de dos siglos —por diversas razones que van desde el no “ensuciar” a la sacrosanta y pura Revolución francesa, hasta el desencajar en moldes ideológicos apriorísticos que ven la historia como un progreso constante—, al mismo tiempo se convirtió en “trinchera” de toda una bibliografía de barricada de mucha menor circulación pero con importantes ecos en todo el pensamiento contrarrevolucionario contemporáneo. Y el Padre Sáenz no teme entrar al tema con objetividad, resaltando lo santo y heroico que tuvo (innegable), pero sin olvidar los claroscuros, las disensiones, las traiciones, las corrupciones, el cansancio general y los fracasos.
Asimismo, La Vendée es aún hoy una herida abierta. En los últimos años, una iniciativa de legisladores de la Francia Atlántica, de casi todo el arco ideológico, intentó en vano obtener una declaración parlamentaria de reconocimiento del genocidio vandeano. Este tema también aparece aquí considerado por el Padre. También se mete a considerar una herida en la Iglesia de Francia que aún existe: la tan sufrida “Petit Eglise” —tan pequeña (se calculan hoy en día en no más de cuatro mil fieles)—, que se opuso, con una fortaleza épica, al Concordato que Napoleón arrancó a Pío VII (y, especialmente, a sus “Artículos Orgánicos” que lo violaban ab initio).
Con una maestría singular, en un volumen que es de ágil lectura, el P. Sáenz sintetiza extensísimos tomos que se han escrito sobre La Vendée, y no sólo. Además de relatar los sucesos militares y políticos de las Guerras Vandeanas, hay lugar para temas como la cuestión del clero juramentado y el clero refractario, la descripción del “Ejército Católico y Real”, la insurgencia en Bretaña y Normandía, las personalidades de los principales comandantes y jefes de ambos bandos, la conflictiva relación de La Vendée con Napoleón primero y con el gobierno de la Restauración después, y —finalmente— la “epopeya romántica” de la Duquesa de Berry que, en 1832, pone un punto final (y trágico) a la contrarrevolución en Francia. Pero no faltan tampoco las anécdotas, la “historia menuda”, las reflexiones y las moralejas, que hacen más amena aún la lectura de estas poco más de 400 páginas.
No hemos observado erratas, y la edición en tapa blanda es de calidad muy aceptable. Lo cual se agradece en estos tiempos. Se incluyen, además, unas láminas en papel plastificado (aunque en blanco y negro) con retratos de los principales personajes y de algunos de los famosos vitrales de La Vendée (que aquí abajo reproducimos), haciendo de este librito un verdadero tesoro, que, desde ya, recomendamos.
El padre Sáenz nos tiene acostumbrados a buenos libros de divulgación sobre los más diversos temas, especialmente los históricos. Hemos tenido la gracia de asistir a muchísimas de sus conferencias y de disfrutar, especialmente, de las tertulias y charlas más informales que se arman tras bastidores.
Pero en esta ocasión se ha lucido. Estamos ante uno de sus mejores escritos. Nos explicamos.
El de La Vendée es un tema histórico complejo. Elípticamente obviado por la historiografía “seria” durante algo más de dos siglos —por diversas razones que van desde el no “ensuciar” a la sacrosanta y pura Revolución francesa, hasta el desencajar en moldes ideológicos apriorísticos que ven la historia como un progreso constante—, al mismo tiempo se convirtió en “trinchera” de toda una bibliografía de barricada de mucha menor circulación pero con importantes ecos en todo el pensamiento contrarrevolucionario contemporáneo. Y el Padre Sáenz no teme entrar al tema con objetividad, resaltando lo santo y heroico que tuvo (innegable), pero sin olvidar los claroscuros, las disensiones, las traiciones, las corrupciones, el cansancio general y los fracasos.
Asimismo, La Vendée es aún hoy una herida abierta. En los últimos años, una iniciativa de legisladores de la Francia Atlántica, de casi todo el arco ideológico, intentó en vano obtener una declaración parlamentaria de reconocimiento del genocidio vandeano. Este tema también aparece aquí considerado por el Padre. También se mete a considerar una herida en la Iglesia de Francia que aún existe: la tan sufrida “Petit Eglise” —tan pequeña (se calculan hoy en día en no más de cuatro mil fieles)—, que se opuso, con una fortaleza épica, al Concordato que Napoleón arrancó a Pío VII (y, especialmente, a sus “Artículos Orgánicos” que lo violaban ab initio).
Con una maestría singular, en un volumen que es de ágil lectura, el P. Sáenz sintetiza extensísimos tomos que se han escrito sobre La Vendée, y no sólo. Además de relatar los sucesos militares y políticos de las Guerras Vandeanas, hay lugar para temas como la cuestión del clero juramentado y el clero refractario, la descripción del “Ejército Católico y Real”, la insurgencia en Bretaña y Normandía, las personalidades de los principales comandantes y jefes de ambos bandos, la conflictiva relación de La Vendée con Napoleón primero y con el gobierno de la Restauración después, y —finalmente— la “epopeya romántica” de la Duquesa de Berry que, en 1832, pone un punto final (y trágico) a la contrarrevolución en Francia. Pero no faltan tampoco las anécdotas, la “historia menuda”, las reflexiones y las moralejas, que hacen más amena aún la lectura de estas poco más de 400 páginas.
No hemos observado erratas, y la edición en tapa blanda es de calidad muy aceptable. Lo cual se agradece en estos tiempos. Se incluyen, además, unas láminas en papel plastificado (aunque en blanco y negro) con retratos de los principales personajes y de algunos de los famosos vitrales de La Vendée (que aquí abajo reproducimos), haciendo de este librito un verdadero tesoro, que, desde ya, recomendamos.
Detalles del vitral llamado "du massacre du Petit-Luc",
en la iglesia de Saint-Pierre, Les Lucs-sur-Boulogne, Vendée,
obra del maestro-vidriero Lux Fournier.