¿Qué es la cultura cristiana?
Esencialmente, es la Misa.
Ésta no es mi opinión ni la de algún otro, ni es una teoría o deseo, sino que es el hecho central de dos mil años de historia.
La Cristiandad, lo que los secularistas llaman Civilización Occidental, es la Misa, y la parafernalia que la protege y facilita.
Todo, la arquitectura, el arte, las formas políticas y sociales, la economía, la forma en que la gente vive, siente y piensa, la música, la literatura — todas estas cosas, cuando están bien, son modos de alentar y proteger el Santo Sacrificio de la Misa.
Para realizar un sacrificio, debe haber un altar; el altar debe tener un techo encima por si llueve; para reservar el Santísimo Sacramento, construimos una pequeña Casa de Oro y, sobre ella, una Torre de Marfil con una campanilla y una jardín a su alrededor con rosas y lirios de pureza, emblemas de la Virgen María — Rosa Mystica, Turris Davidica, Turris Eburnea, Domus Aurea, quien llevó en el vientre Su Cuerpo y Su Sangre, Cuerpo de su cuerpo, Sangre de su sangre.
Y, alrededor de la iglesia y el jardín, donde enterramos a los fieles difuntos, vive el cuidador, el sacerdote y religioso cuyo trabajo es la oración, quien conserva el Misterio de la Fe en su tabernáculo de música y palabras en el Oficio de la Iglesia; y a su alrededor, los fieles que se reúnen para adorar y dividirse el otro trabajo que debe realizarse para hacer posible la perpetuación del Sacrificio — cultivar la comida, confeccionar la ropa, construir y mantener la paz, de modo que las generaciones por venir puedan vivir para Él, para que el Sacrificio prosiga, incluso, hasta la consumación del mundo.
—John Senior, The Restoration of Christian Culture.