"Si un gay acepta al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?"
Así que con la "buena voluntad" alcanza. Y yo que me estudié la Summa y Veritatis Splendor al cuete, donde decía que no bastaba la buena intención sino que es necesario un objeto bueno para que el acto moral lo sea.
¡Qué equivocado estaba el refranero cuando decía que "el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones"!