Cada tanto, el sistema se fabrica un cuco. El de este tiempo se llama Thomas Piketty. Pero, en el fondo, los que lo leímos sabemos que es parte íntegra del sistema. Su boutade de un impuesto a las ganancias del 80% sólo busca poner un poco de orden en el capitalismo postmoderno y, de paso, "calmar a las fieras". Pero no se trata de ninguna reforma estructural de un sistema perverso asentado sobre la usura institucionalizada y el concentracionismo de la propiedad. En el Primer Mundo alguno tomará el tema, escandalizará a algún otro, se dirá que no era para tanto, vendrá alguna reforma de maquillaje y todo seguirá como estaba. El problema es si alguien lee un resumen (nadie lee libros de economía y menos los políticos) y quiere aplicarlo por estas latitudes...