A las dos de la tarde del 7 de enero de 1536, Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, esposa de un Príncipe de Gales y de un Rey de Inglaterra, tía de un Emperador, hermana de tres reinas y madre de la primera Reina de Inglaterra en derecho propio, falleció a la edad de 50 años. Recibió un magnífico funeral de estado, al cual muchos de sus amigos se negaron a asistir puesto que fue sepultada como Princesa Viuda y no como la Reina que era. Algunos de ellos luego esparcirán el rumor de que fue envenenada por Enrique VIII, Ana Bolena o el Duque de Norfolk, o que fue víctima de brujería. La autopsia reciente y la ciencia moderna confirman una verdad más trágica y más significativa: se encontró un negro tumor sobre su corazón. En cierta forma, entonces, ha sido, casi literalmente, la única Reina en la historia que verdaderamente murió de un corazón roto.
[Traducido por mí del excelente blog de Gareth Russell.]