— ¿Y cómo ven ustedes todo esto de ahora? ¿Qué hay ahora, para ustedes? —preguntó el curioso vejete.
— Yo veo esos “movimientos” que usted dice —dijo el cura—. Eso sí.
— Una especie de guerra civil insensata. Éstos —dijo Edmundo, señalando al cura—, que están sublevados contra el gobierno de una manera insensata, los “cristóbales”, puesto que nada pueden contra él; y el Gobierno que ha hecho contra ellos una cantidad de leyes que son claramente injustas. No sé quién empezó. Pero es el cuento de nunca acabar… Es una cosa atroz; ¡mire que estos dos, él y su hermana, han sufrido ya lo que no hay idea! Y no cejan. Al revés, cada vez parece más seguros…
— Bueno, esto del gobierno de ahora se llamaba “liberalismo”, y lo de éstos otros se llamaba religión católica o “iglesia” cuando yo era muchacho. Ahora se llama neocatolicismo o vitalismo cristiano por un lado; y a éstos los llaman cristóbales, viejo-católicos, nazis, aliancistas, rosistas o radicales…
— Todas las cosas feas tienen muchos nombres —dijo el cura sonriente.
— El eje de la historia argentina es la pugna entre el liberalismo y la tradición española. Y el liberalismo ha vencido. Eso es todo —dijo el judío—. La francamasonería, que es una creación de nuestra raza, fue su instrumento o brazo derecho; y egregiamente que trabajó, por cierto.
— Y así como aquí el liberalismo vino de afuera, también venció con el auxilio de afuera —dijo el cura—. ¡La expedición de Brasil!
— Así es si usted quiere —el viejo prosiguió con su voz de pájaro—, pero a mí me parece que ahora ya no hay “afuera”. El mundo se ha unificado. Lo que no pudo conseguir la Iglesia, lo hizo la Democracia: la unión de las naciones.
Leonardo Castellani, Su Majestad Dulcinea.
“Dulcinea Argentina”
(Ilustración digital realizada por Mariano G. Pérez,
inspirada en la novela de Leonardo Castellani “Su Majestad Dulcinea”).
[Fuente: http://www.marianogperez.com.ar]