Jóvenes (y no tanto) católicos nativos, naturalizados o por opción que tengan ganas de cumplir el mandato papal de hacer lío.
Estamos a la izquierda de la ultraizquierda eclesial.
Aborrecemos de divertimentos burgueses en la liturgia como las guitarras, las estolas étnicas, el "buenos días/tarde/noche", la teodanza, los payasos, las cartulinas, el micrófono abierto... y todo tipo de praxis superestructural, retardatoria y reaccionaria.
¡Queremos la revolución y la queremos ya!
Último Evangelio para reiterar nuestra fe trinitaria, latín para unirnos en oración con todos los cristianos espacial y temporalmente, credo niceno-constantinopolitano para recordar el depósito de la fe de manera más completa, versus Oriens donde el celebrante sea uno más y no el centro o el showman de la misa, campanillas e incienso porque no somos espíritu puro y necesitamos de signos sensoriales que nos eleven a alturas que van más allá de nuestra compresión...
Pongamos fin a las misas secuestradas por el cura y sujetas a sus peculiares filias y fobias oprimiendo de ese modo al pueblo fiel en su derecho a una liturgia digna y decorosa aún cuando no sea consciente de ello.
No al vedettismo de guionistas y coristas negándonos el verdadero canto litúrgico que es reemplazado por música popular de tema religioso (en el mejor de los casos) apto para el fogón o el recital pero no para la misa.
Digamos basta a esta forma de opresión de la fealdad institucionalizada negándose a darnos la belleza sementada en veinte siglos.
No a estas formas de elitismo litúrgico sujeto a la voluntad de unos pocos (el cura, el coro) que nos niegan el derecho a recibir una fe íntegra, una liturgia bella y digna enlazada intra y extratemporalmente con las iglesias purgante y triunfante.
¡Revolución ya!
Ésta es tu oportunidad... Apúntate.