Delfina Bunge fue algo más que la mujer de Manuel Gálvez (y principal responsable de la conversión de éste). En la película sobre Victoria Ocampo, Cuatro caras para Victoria, no le hacen justicia para nada. Poeta notable que no tenía nada que envidiar a una Alfonsina Storni. Sus ensayos sobre estética son bastante buenos. Fue el alma del Centro de Estudios Religiosos para Señoras y Señoritas, la versión femenina de los Cursos de Cultura Católica. Dirigió la revista Ichtys, donde introdujo en los hogares, al Padre Castellani (hasta entonces sólo conocido como profesor de los Cursos y por algunos escritos suyos en publicaciones jesuitas). Con su marido, revitalizó el periódico católico El Pueblo a principios de los '40 y desde sus páginas saludó el 17 de octubre del '45 y los primeros meses del autodenominado "coronel del pueblo". Tanto Gálvez como ella serán posteriormente perseguidos por el régimen peronista que tenía alergia a cualquier aristocracia genuina. Lamentablemente, enfermará y morirá antes de ver finalizado el gobierno oprobioso del Viejo Vizcacha.