En general estudiamos en la Facultad (y algunos ya en el colegio, si tenemos suerte) las falacias formales. Pero también están las informales (se refiere a la formalidad lógica, no al concepto vulgar), más numerosas, más difíciles de exponer (porque aparentan contradecirse entre ellas si se las saca de contexto) y, también, más olvidadas (hay ciencias enteras que si pasaran por este cribado quedarían muy delgadas).
Hay varios libros, los mejores que he leído están lamentablemente en inglés. De entre ellos, hay uno que es muy comprensible para alguien sin formación lógica o que la ha olvidado, "Nonsense: Red Herrings, Straw Men and Sacred Cows: How We Abuse Logic in Our Everyday Language" de un tal Robert Gula.
Facebook, Internet y las cosas sobre las que pueda comentar o publicar en estos sitios ocupan el 5% de mi tiempo diario y menos del 1% de mis preocupaciones.
Ergo, no proyecten ni generalicen. Esto tiene dosis similares de catarsis/desahogo, hobbie, contacto con amigos con los que por razones de tiempo o distancia no puedo juntarme, expresar cosas que con el 99% de las personas con las que uno está todo el día no puede compartir al menos en forma tan directa...
Pero la vida real, la mía al menos, pasa por otros lados más pedestres y, tal vez, más frívolos... donde lo más cerca que estamos de la filosofía y la teología es una película, una serie, una charla sobre fútbol o sobre los hijos, sobrinos, nietos, etc., y donde Francisco es un jovato buenudo o pícaro (asegún) a varios miles de kilómetros que no tiene mayor influencia en mi día a día.
