Una de mis nuevas amigas de Facebook me "regala" todos los días decenas de estampitas religiosas que intenta infructuosamente "pegar" en mi muro. Uno de sus últimos intentos es una horrible estampa de la Virgen Desatanudos, "la preferida del Papa Francisco", según dice el eslógan de venta. Para los que no conocen la "advocación", simplemente decir que es un invento aparecido en Buenos Aires hace poco más de 20 años fruto de algún cura de los enredados en la "espiritualidad popular"; rama del tercermundismo de comienzos de los '70 que considera posible adelantar la revolución no oponiéndose a las formas primitivas de religiosidad del pueblo sino encausándola "correctamente".
En la actualidad, la espiritualidad popular (a la argentina) es una "escuela pastoralista" que busca llenar las iglesias y, fundamentalmente, los rastrillos, vendiendo "magia". Consideran que es preferible que el dinero vaya a parar a la Iglesia y no a los seguidores del Gauchito Gil, la Difunta Correa o Gilda la Bailantera.
De más está aclarar que los curas y obispos enrolados en esta "corriente", se refieren a ella como si se tratara de una pastoral para subnormales, es decir para todos aquellos que no pueden acceder a los altísimos niveles intelectuales de Mons. Tucho Fernández, teólogo de cabecera de Su Santidad, aquél que planteó el programa del pontificado francisquista en tres palabras: "dejémonos de joder".