Por fin alguien (fuera de la Argentina) que lo ha calado bien a Bergoglio.
Jean-Marie Guénois: “Le synode ouvre une «crise» dans l'Eglise” (Figaro, 21-X-2014).
Un par de párrafos significativos:
"Muchos piensan que la Iglesia va a terminar por dejar al costado estos temas, pero se equivocan porque todavía no se han dado cuenta del nivel de determinación reformista de este papa y de su equipo cercano."
"En definitiva, el sínodo ha cumplido perfectamente el objetivo inicial fijado por el Papa. Él quería abrir un debate para hacer evolucionar las posiciones y resolver cuestiones esenciales. Entonces lanzó las discusiones dando una patada en el hormiguero. Las posiciones opuestas se expresaron libremente, el Papa pudo así medir los argumentos y el rechazo o la aceptación de estos cambios. Lo que quiere decir que el voto tiene poca importancia. Eso no le impedirá al papa tomar una decisión después de la segunda sesión del sínodo. Será una decisión delicada ya que Francisco quiere conciliar indisolubilidad del matrimonio con un acceso posible, en ciertos casos, a la comunión para los divorciados vueltos a casar. Pero el clima y los espíritus habrán sido preparados para una mutación sobre un tema que muchos suponían que ya estaba fijado."