Contento, como cada vez que es derrotado el marxismo. Triste por la gente que hoy está esperanzada, festejando, millones de apartidarios que creen que esta vez va a ser diferente, que no se va a repetir la Alianza. Las caras que vi en ese escenario, atrás de Macri, son de terror. Son el próximo "que se vayan todos". (Odio cuando me posee el espíritu de Casandra. Pero lamentablemente, hasta ahora, nunca me ha fallado.) Preocupado por toda esa "mano de obra" próximamente desocupada que vi en la Plaza de Mayo. Se vienen tiempos difíciles.