No, no nos olvidamos de ellos. Originalmente más que un insulto, era un menosprecio. Los griegos se referían a los ‘idiotes’ como aquellos que se encerraban en sí mismos y no querían atender a los asuntos públicos. La raíz griega ‘idio’ se enlaza con ‘propio’, de ahí ‘idiosincrasia’. Con el tiempo, derivado del latín y ya en la Edad Media, el idiota era considerado el ignorante, necio o ateo, que por aquél entonces venían a ser sinónimos. Nuestra sociedad está llena de idiotas en muchos sentidos, pero el que quiero destacar es el más original del griego: el idiota es el individuo encerrado en sí mismo incapaz de hacer o querer hacer nada por el bien común. Con otras palabras la sociedad del individualismo, es sinónimo de la sociedad de idiotas. Y el individualismo, como diría Tocqueville, es la condición necesaria para que la democracia se convierta en una nueva forma de totalitarismo.
Javier Barraycoa