Así como existe el mito del buen salvaje rusoniano, existe otro mito entre la gente bienintencionada (muchos de ellos católicos de Misa dominical). Es el mito del izquierdista bueno.
Para los que creen este mito, el izquierdista es alguien que, indignado por la miseria o por la marginación sufrida en carne propia o vista en otros, tiene una sensibilidad especial que se transforma en una verdadera pasión para cambiar el mundo. A veces se agregan calificativos como "ingenuo", "idealista", "utopista", "apasionado", entre muchos otros que denotan cierta conmiseración ante este "pobre tipo" -- el izquierdista.
Y para estos bienintencionados guay del que se atreva a llamarlos "zurdos" o despotricar contra ellos. Quien eso hace no es más que un insensible, un miserable, alguien incapaz de sentir pena...
Pues, siendo uno de los fines nunca declarados de esta bitácora el de derribar mitos, empezaremos este ciclo que aquí comenzamos con simples citas de los "idealistas" y "demócratas" que pelearon contra Franco en la Guerra Civil española:
- “La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”. Largo Caballero, presidente de la República entre 1936 y 1937.
- “Nosotros, Partido Comunista, luchamos y lucharemos siempre por la realización de nuestro programa máximo, por la implantación del Gobierno obrero y campesino de España, por la dictadura del proletariado en nuestro país”. José Díaz, secretario general del Partido Comunista Español, 1935.
- “La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el Socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que todavía tenga sueños democráticos, sea alto o bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente”. Decálogo del joven socialista, 1934.
- Tenemos que luchar, como sea, hasta que en la torres y en los edificios oficiales ondee, no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”. Largo Caballero, presidente de la República entre 1936 y 1937.
- "El 88% del profesorado de Madrid, Valencia y Barcelona ha tenido que huir al extranjero, abandonar España, escapar a quien más pueda. ¿Y saben ustedes por que? Sencillamente porque temían ser asesinados por los rojos, a pesar de que muchos de los intelectuales amenazados eran tenidos por hombres de izquierda". Gregorio Marañón.
- “Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados, sin formación de causa, por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan solo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las ciudades, como Madrid y Barcelona y las restantes grandes poblaciones suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso”. Manuel de Irujo (Partido Nacionalista Vasco), ministro de Justicia 1937.
- "Es la lucha final que comienza, por el triunfo de la revolución, si es preciso que sangre vertamos será por nuestra emancipación.¡Juventudes! ¡Socialistas! ¡Adelante!". Letra del himno de las juventudes socialistas.
- “En las elecciones de abril (1931), los socialistas renunciaron a vengarse de sus enemigos y respetaron vidas y haciendas; que no esperen esa generosidad en nuestro próximo triunfo. La generosidad no es arma buena. La consolidación de un régimen exige hechos que repugnan, pero que luego justifica la Historia”. 1936. Largo Caballero, presidente de la República entre 1936 y 1937.
- "En las provincias en que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado en mucho la obra de los soviets, porque la Iglesia, en España, está hoy día aniquilada". José Díaz, secretario general del Partido Comunista Español, 1937.
- “No hay gobierno en Madrid; hay solamente bandas armadas, que cometen toda clase de atrocidades posibles ¿Azaña? Nada representa. Es el gran responsable de lo que acontece. Armó a unos hombres que, en el momento en que se encontraron con un fusil en la mano, se transformaron en bandidos". Miguel de Unamuno, 1936.
- "Pedimos una revolución, pero la propia revolución rusa no nos servirá de modelo, porque nos harán falta gigantescas llamas que se verán desde cualquier punto del planeta y olas de sangre que teñirán el mar". Margarita Nelken, diputada del Partido Socialista Obrero Español, posteriormente afiliada al PCE.
[Tomado de Navarra Confidencial.]